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Para todos nosotros era: cuán poderoso puede llegar a ser uno
cuando trabaja en conjunto.
Para todos nosotros era: el mundo está cambiando.
Para todos nosotros era: esperanza.
Al final, no éramos muy diferentes, y nuestros pensamientos no
estaban tan separados como nuestros cuerpos. (Reflexión estu-
diantil, PUCC, octubre 2020)
La propuesta biocéntrica
Un curso que he enseñado recurrentemente, titulado “Len-
guaje y sustentabilidad”, permite ilustrar el compromiso de
emplear lenguajes expresivos, comunicativos y cognitivos en
el aprendizaje multimodal para cerrar el argumento pedagó-
gico de este artículo. Empleo eco-literatura juvenil e infantil
ilustrada del Cono Sur para estimular, entre otras cosas, una
aproximación biocéntrica a la ecoalfabetización. Impartido
sólo en español, el curso incluye secuencias regulares de ac-
tividades comunicativas y autorreflexivas entretejidas con
ejercicios destinados al desarrollo de la escritura crítica y la
comunicación multimodal —audiovisual, kinestésica, in-
tertextual—. Por ejemplo, el alumnado ve un cortometraje
titulado The Soundscape (2012), creado en respuesta a un li-
bro de R. Murray Schafer del mismo título, que explora la
relación entre el ser humano y el sonido a través del tiempo.
Lo particular de este corto, cuyo objetivo es una crítica de la
modernidad contemporánea, es que primero se creó la na-
rrativa sonora y luego la visual —con imágenes, sin texto—
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Revist a de al ce s XXI
generando una oportunidad para reflexionar sobre nuestra
inteligencia emocional. Los estudiantes deben responder al
corto con un breve comentario en un espacio digital donde
los invito a que tomen riesgos lingüísticos e interpretativos,
para que lleguen a un alto potencial expresivo. En otoño de
2021, las instrucciones fueron las siguientes: “después de
ver y escuchar el corto, responde a la experiencia con un co-
mentario breve. Al responder, evalúa si cuando disciernes el
contenido audiovisual estás empleando principalmente tu
capacidad racional o si es tu inteligencia emocional la que
te permite generar una respuesta sustantiva”. La naturaleza
inesperada y provocadora de la experiencia suele estimular
una participación comprometida por parte del alumnado y
genera una disposición abierta para navegar diversas formas
de aprendizaje en semanas subsiguientes.
Ese otoño, en las semanas que siguieron a este ejercicio,
los estudiantes leyeron una serie de libros infantiles ilustra-
dos de autores chilenos, entre los cuales se encuentra la no-
vela Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar
(2014) y los libros ilustrados Bobú (2013), El chucao (2015),
Alicia y el bosque de algas (2020) e Invasión en la isla (2021).
Para enriquecer las lecturas invité a la escritora y profesora
Andrea Casals Hill de la Pontificia Universidad Católica de
Chile a que conversara con mis estudiantes sobre la temá-
tica con una charla magistral que se tituló “Hacia una ética
ecológica en la literatura ilustrada de lectores jóvenes en el
nuevo milenio” (Figura 3). Estas exploraciones en busca de
“lo que quizás no sepamos, pero creemos saber” (Casals),
como la capacidad de la literatura infantil para estimular
el pensamiento creativo y divergente en los niños, me per-
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Número 7 , 2025