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En armonía con la conceptualización de la femimemo-                                                                 tólica nacionalizada, Tobin-Stanley indaga en la novela de

         ria, Tobin-Stanley empieza su análisis de la novela de Dulce                                                            Ana Cañil Si a los tres años no he vuelto (2011) y el tema de

         Chacón, La voz dormida (Capítulo 4), con la exploración                                                                 los niños perdidos del franquismo. Los niños perdidos eran


         de la memoria prostética” [prosthetic memory] de Alison                                                                 recién nacidos y niños pequeños robados de sus madres en-

         Landsberg y la “pos-memoria” [postmemory] de Marianne                                                                   carceladas y entregados a matrimonios fieles al Nacionalis-

         Hirch junto con un resumen de la primera onda del femi-                                                                 mo Católico franquista. Enmarca su análisis contrastando

         nismo español (135). De ahí explica la erradicación siste-                                                              el clímax y desenlace de la novela con la retórica fantasio-

         mática de la historia de la mujer por parte del régimen fran-                                                           sa (“fantastical rhetoric,” 190) de la publicación franquista,


         quista, sobre todo en lo que entonces se refería al pasado                                                              Rendición.

         nacional más reciente.                                                                                                       En el desarrollo de su análisis, Tobin-Stanley pone de re-

             Merece notar en específico el análisis que hace Tobin-Stan-                                                         lieve los puntos de convergencia entre la narrativa de Cañil

         ley de la versión cinematográfica de La voz dormida (Benito                                                             y los testimonios del cosmos carcelario franquista femeni-


         Zambrano, 2012). Por una parte, señala, la película enfa-                                                               no. Sigue una descripción de las condiciones en las que los

         tiza el papel de la empatía poniendo de relieve una fideli-                                                             niños vivían encarcelados con sus madres, una reseña global

         dad indiscutible al libro. Por otra parte, subraya la traición                                                          de Rendición y el apoyo conclusivo de su hipótesis.

         por parte del director no solo a la voz narrativa de Chacón,                                                                En el Capítulo 7, el último de los tres capítulos dedica-


         sino también las de tantas voces más silenciadas por el ré-                                                             dos a novelas escritas por mujeres, Tobin-Stanley se enfoca

         gimen y por quienes habla la voz narrativa de la novela. En                                                             en la novela de Almudena Grandes, El lector de Jules Vernes

         una comparación entre las imágenes de presos masculinos                                                                 (2012).

         torturados y la tortura de las protagonistas femeninas de la                                                                Es una decisión alumbrante por su parte si consideramos


         novela, Tobin-Stanley nos brinda un lúcido ejemplo de la                                                                las obras completas de Grandes y sobre todo las seis novelas

         historiografía como dominio del patriarcado, el cual su teo-                                                            que componen sus Episodios de una guerra interminable. En

         ría de la femimemoria no solo cuestiona sino que censura.                                                               primer lugar, El lector de Jules Vernes es narrado por la voz

             La maternidad y el linaje por parte de la madre, repre-                                                             de un niño. Además, se ambienta en lo que se podría con-


         sentadas en La voz dormida dentro del contexto mayor de                                                                 siderar el sitio de más toxicidad masculina franquista: An-

         la maternidad antifranquista, junto con un apartado titula-                                                             dalucía, el Trienio del Terror (1949-1950) en un cuartel de

         do “Transgenerational Political Legacy” concluyen el quin-                                                              la Guardia Civil. Al contrario de las cárceles de mujeres de

         to capítulo fluidamente enlazándolo al Capítulo 6.                                                                      La voz dormida y Si a los tres años no he vuelto, o el Catoli-


             Profundizando más en su teoría de la femimemoria, aho-                                                              cismo nacionalista de éste, no es un espacio diseñado por

         ra entre los contextos de la maternidad y la moralidad Ca-                                                              hombres para encerrar a mujeres, sino que un espacio deli-






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