Page 255 - Revista6
P. 255

watching it for months” (“ejercía una fascinación extraor-  la planificación de una estrategia militar por parte de Vidal

 dinaria para la república, cuyas tropas habían estado obser-  y sus hombres. El fuego y la lámpara de gas que iluminan

 vándolo durante meses”; mi trad.; 705). Este interés culmi-  tenuemente la opaca habitación marcarán la pauta ambien-


 nó en un asedio y batalla que dejó al pueblo en escombros.   tal que encontraremos en el interior del edificio. La oscuri-

 Además, Belchite fue usado de forma icónica, puesto que   dad define el molino donde, por un lado, la luz artificial y

 su imagen, como indica Paul Julian Smith, “appeared on   titilante proyecta de forma fantasmagórica una realidad te-

 the cover of the Francoist magazine Reconstrucción as ear-  nebrosa y, por otro, la luz natural sólo se adentra por medio

 ly as 1940” (“apareció en la portada de la revista franquista   de varios ojos de buey, creando halos de luz que propician


 Reconstrucción ya en 1940”; mi trad.; Reseña 4). Median-  un ambiente mágico.

 te la inclusión de los planos que muestran las huellas de la   La adaptación de Carmen a la vida en el molino deja en-

 reciente guerra civil se contextualizan los hechos desde un   trever no sólo su personalidad, sino también su postura ante

 punto de vista histórico. No obstante, también sirven de   la vida, que contrasta con la actitud de Mercedes y de Ofelia.


 apoyo visual a la narración de la voz en off, que describe lo   Durante la primera noche de Carmen y su hija en el moli-

 que acontece a la Princesa Moanna una vez que sale del rei-  no, la niña se remueve inquieta ante el entorno y los ruidos

 no subterráneo: “La princesa olvidó quién era y de dónde   desconocidos. Su madre intenta tranquilizarla explicando

 venía. Su cuerpo sufrió frío, enfermedad y dolor. Y al correr   que se trata del viento y que vivir en el molino es diferente


 de los años, murió”. Este breve relato, que podría resumir   a la vida en la urbe: “Las noches de aquí son muy distintas

 la esencia de lo que implica una guerra, viene acompañado   de la ciudad. Allí se oyen los coches, los tranvías… Aquí las

 de una serie de planos que muestran la destrucción —in-  casas son viejas. Gruñen… ¿A que parece que hablan?”. La

 cluyendo una toma de una calavera— que dejó tras de sí la   antropomorfización del molino por parte de Carmen viene


 batalla que aconteció en el lugar. Así, el trayecto al molino   seguida de una petición a su hija de que relate un cuento a

 constituye un recorrido que nos traspone del pasado al pre-  su hermano, que se inquieta en su vientre.

 sente; del mundo de la fantasía a un fragmento de la histo-  Esta actitud de la mujer al principio de su estancia en el

 ria de España.   molino resulta significativa, ya que se revela un vestigio de


 Cuando Ofelia y su madre llegan al molino se presen-  lo que parece ser una personalidad soñadora. Sin embar-

 ta una zona que permanece en guerra: hay tiendas de cam-  go, a medida que Carmen pasa más tiempo en el molino,

 paña, soldados en formación y barreras formadas por sacos   se esfuerza por desalentar la faceta imaginativa de su hija,

 amontonados. El molino, reconvertido en una zona militar,   con el fin de evitar la rabia del Capitán. Vidal incluso llega


 va a ser el nuevo hogar de Ofelia. Efectivamente, la primera   a reprochar a Carmen que le permita leer cuentos de hadas

 escena que tiene lugar en el interior del molino consiste en   —“Eso es por toda esa mierda que tú le permites leer. Mira






 254                                                                                                          255
 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  6 , 2024
   250   251   252   253   254   255   256   257   258   259   260