Page 256 - Revista6
P. 256

lo que has conseguido”—. Tras esta acusación, Carmen le                                                                 de la tercera España. A este respecto, Marías explica de for-

         espeta a su hija, desesperada:                                                                                          ma elocuente:





                Las cosas no son tan sencillas. Te estás haciendo mayor y pronto                                                        He insistido con la máxima energía en los aspectos negativos,

                entenderás que la vida no es como en tus cuentos de hadas. El                                                           en la infinita torpeza, en la culpabilidad de los promotores de la

                mundo es un lugar cruel. Y eso vas a aprenderlo, aunque te due-                                                         guerra, en la anormalidad que la constituyó. Pero una vez “en

                la (…) ¡Ofelia! La magia no existe. No existe ni para ti, ni para                                                       guerra”, una vez estallada y, de momento, inevitable, era menes-
                mí, ni para nadie.                                                                                                      ter en alguna medida tomar partido, preferir un beligerante al

                                                                                                                                        otro, aunque los dos pareciesen torpes, violentos, injustos, con-

                                                                                                                                        denables. He dicho preferir; es la condición de la vida humana;
             El desencanto de Carmen la lleva a negar la existencia de                                                                  no se aprueba, no se estima, no apetece, no gusta necesariamen-

         las hadas y a intentar quebrar la creencia de su hija en la ma-                                                                te lo que se prefiere; el que prefiere la operación a la peritonitis

         gia. La mujer, que tras la muerte de su marido en la guerra                                                                    no tiene la menor complacencia en lo preferido; el que salta por

         —o su desaparición, como argumenta Ofelia—, ha sacado                                                                          una ventana para escapar a las llamas no tiene nada a favor del


         a la niña adelante, sufre las consecuencias de la guerra en                                                                    salto; simplemente le parece el mal menor. (La España real 767)

         solitario. Carmen se enfrenta a una realidad desalentado-

         ra mostrando la perspectiva de una tercera España desen-                                                                    Para muchas personas, en la guerra y la posguerra, la aso-


         gañada que se ve obligada a formar parte del sistema o ser                                                              ciación, implícita o explícita, a uno de los dos bandos se co-

         destruida por él —si bien la aquiescencia de Carmen no le                                                               rresponde, por tanto, más a una necesidad que a un con-

         servirá para finalmente ser abatida por un régimen despia-                                                              vencimiento inamovible.

         dado, encarnado por Vidal—.                                                                                                   Al igual que Carmen, Mercedes ha dejado de creer en la

             Cuando Ofelia le pregunta a su madre, a modo de re-                                                                 existencia de las hadas, y así le dice a la protagonista, cuan-


         proche, “¿por qué tuviste que casarte?”, Carmen respon-                                                                 do ésta le pregunta al respecto: “Ya no, pero cuando era muy

         de aludiendo a sus circunstancias: “Estuvimos solas tanto                                                               niña, sí. Entonces yo creía en muchas cosas en las que ahora

         tiempo (…) Algún día entenderás que para mí tampoco ha                                                                  ya no creo”. Nos encontramos de nuevo con el desengaño

         sido fácil”. La respuesta de Carmen deja entrever que su                                                                que la experiencia de la guerra y la posguerra trae consigo.


         matrimonio con Vidal está, al menos en parte, motivado                                                                  No obstante, estas dos mujeres se diferencian entre sí pues-

         por la necesidad. Se revela así uno de los casos más dramá-                                                             to que Mercedes, a pesar de haber perdido su convicción en

         ticos de la tercera España. Esta decisión se ve matizada por                                                            el mundo de los cuentos de hadas, no despoja a la niña de

         el contexto en el que se incardina; la asociación familiar o                                                            la suya, e incluso la alienta. Así, cuando Ofelia le dice que


         personal a uno de los dos bandos no implica una exclusión                                                               habla con un fauno, Mercedes no niega la existencia de ta-






      256                                                                                                                                                                                                                             257
                Revist a  de  al ce s XXI                                                                                                                                                     Número  6 , 2024
   251   252   253   254   255   256   257   258   259   260   261