Page 229 - Revista6
P. 229

vez que se hayan seguido los pasos para recuperar el “objeto   Simón demoró el inicio de los pasos que tuvo que seguir


 perdido”. Laura vuelve a su lugar entre los huérfanos, que   Laura para salir de su ciclo melancólico. Al final, el duelo

 se acercan a ella con pura alegría, mientras cualquier rasgo   no es un producto de la muerte de Laura ni de su reunión

 de horror o miedo ha desaparecido por completo. En es-  con Simón y los otros huérfanos; ese proceso comenzó mu-

 tos últimos momentos de la película, el faro, un objeto me-  cho antes, en el momento en que ella se dio cuenta de que


 lancólico a lo largo de toda la película que había dejado de   los fantasmas eran reales y comenzó a seguir sus pasos para

 funcionar hace mucho tiempo, ahora ilumina la casa. Re-  invocarlos. Si Laura hubiera creído a Simón cuando inten-

 conocer los fantasmas del pasado, entonces, no solamen-  taba mostrarle “la casita de Tomás”, Simón nunca habría

 te implica la invocación de la oscuridad en el presente sino   desaparecido y Laura nunca lo hubiera encerrado sin querer


 una guía de luz hacia el futuro. Laura mira por la ventana   en el sótano de la casa. En otras palabras, la nación asume

 en este momento y se ve a sí misma de niña corriendo fue-  un riesgo creciente conforme pasa el tiempo, y sin un reco-

 ra de la casa y dejándola atrás, en el fondo del plano. Está   nocimiento de su pasado, podría acabar fácilmente como

 escapando por completo de la versión de la casa y de la na-  Laura, encerrándose a sí misma y a su futura generación, en

 ción, que es anticuada, deteriorada y, sobre todo, atrapada   un ciclo melancólico que termina en tragedia.


 fútilmente en el pasado.   Tomás, siempre empujado a esconder su malformación

 No se puede ignorar el hecho de que, a pesar de su reu-  detrás de una máscara, muestra su cara por primera vez al

 nión feliz con su hijo y los otros huérfanos, Laura y Simón   final de  El orfanato. La democracia española, del mismo


 tuvieron que morir para que esto sucediera. Laura fue la   modo, no está obligada a seguir escondiendo su “malforma-

 causa, no solamente de su propia muerte, sino de la muer-  ción”, y tiene que enfrentarse al recuerdo y al reconocimien-

 te de su hijo también. Sin embargo, no es mi interpreta-  to, como señala el siguiente plano que se acerca a la lápida

 ción que la muerte ni la vida después de la muerte fueron   de Laura y Simón, que tiene escrita en ella: “En recuerdo de

 necesarias para que Laura lograra el duelo. El final trágico   Laura y Simón y de los huérfanos Martín, Rita, Guillermo,


 de Laura y Simón es puramente el resultado de la resisten-  Alicia, Víctor y Tomás”. Este momento hace referencia a la

 cia prolongada de Laura a iniciar el proceso del duelo. Tan-  necesidad de que la conmemoración de las víctimas de la

 to Simón como los huérfanos fantasmas intentaron muchas   Guerra Civil y del franquismo tome una dimensión públi-


 veces hacer que Laura reconociera la verdad sobre su pasa-  ca en España hoy en día; para que exista un “ethical act of

 do y que creyera en la existencia de los huérfanos en la casa   remembering” y para que los “muertos vivientes” dejen de

 (un paso que le hubiera guiado al duelo antes, y quizá, le   habitar y definir el país. Los huérfanos, al igual que las vícti-

 hubiera ayudado a evitar la tragedia del final). Al final, su   mas olvidadas de la Guerra Civil y del franquismo, merecen

 insistencia en que todo era producto de la imaginación de
         reconocimiento público, oficial (Boehm 259). Labanyi afir-






 228                                                                                                          229
 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  6 , 2024
   224   225   226   227   228   229   230   231   232   233   234