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lo que fue la Guerra Civil y su dictadura franquista. En su   las decisiones más controvertidas y polémicas de la historia

 discusión de la historia y la memoria de la Transición, Ca-  nacional española. El Valle de los Caídos, un monumento

 rolyn P. Boyd describe esta actitud hacia la memoria como   nacional que hasta la exhumación del dictador el 19 de oc-


 algo que proviene de la culpabilidad que sienten los españo-  tubre de 2019, se utilizó para honrar el legado del franquis-

 les ante su propia complicidad y deseo general de evitar un   mo en la historia del país, también marca el sitio de una

 “enfrentamiento” con los implicados (135). Esto, natural-  fosa común que a día de hoy contiene los restos de miles

 mente, ha resultado en la continuación de una falta de re-  de los presos políticos de Franco.  Junto con el movimien-
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 conocimiento para las víctimas del siglo XX en España. El   to por parte del presidente socialista Pedro Sánchez de ex-


 pacto de olvido, formalizado en el año 1977 con la Ley de   humar los restos de Franco, el Gobierno español prometió

 la Amnistía, prohibió la persecución de todos los crimina-  identificar y ubicar a los restos de miles de los desaparecidos

 les de guerra. Muchos de los generales de Franco siguieron   que todavía permanecen en fosas comunes no identificadas

 ocupando puestos prominentes dentro del Gobierno espa-  por toda España, un esfuerzo que previamente había reci-


 ñol y la historia colectiva de España se transformó cons-  bido poca financiación o incluso había sido rechazado por

 cientemente en una “tragedia colectiva” sin culpa asignada a   el Partido Popular. A pesar de que su intención era evitar el

 ningún bando ni a ningún individuo. La memoria fue, en-  olvido inherente a la ideología de la Transición, la Ley de la

 tonces, transformada selectivamente para apoyar un deter-  Memoria Histórica del año 2007 no exigía apoyo financie-


 minado propósito tanto político como social.  ro estatal para las exhumaciones.

 Sin embargo, 45 años después, esta tendencia hacia el ol-  Aunque España todavía carece de museos o monumen-

 vido ha provocado simultáneamente lo que Colmeiro lla-  tos dedicados a la memoria de la Guerra Civil o el régimen

 maría una “obsesión” con esta pérdida de identidad (20). La   de Franco, la manifestación del trauma no reconocido y el


 eliminación de la memoria del discurso político nacional ha   deseo de recuperar la identidad a través de lo que Colmei-

 hecho que se haya convertido en un tema cuyo tratamiento   ro denomina “a recovery of memory” (“una recuperación

 ahora se debate vehementemente en entornos no solo polí-  de memoria”; mi trad.; 20) se ve en la amplia producción

 ticos sino también de ficción. Según el teórico social Pierre


 Nora, “we speak so much of memory because there is so lit-

 tle of it left” (“hablamos tanto de la memoria porque que-  1  Tanto Ciudadanos como el Partido Popular decidieron abstenerse del
         voto, citando la exhumación de Franco como un intento por parte de
 da tan poco de ella”; mi trad.; 7). Medio siglo después de   Pedro Sánchez de “tapar sus vergüenzas y su incompetencia” y como una

 la muerte de Franco y después de décadas de un debate po-  decisión que careció de urgencia. Jorge Fernández Díaz, del Partido Po-


 lémico a nivel nacional, el Tribunal Supremo español deci-  pular, llamó el voto para exhumar a la tumba de Franco “una enmienda
         a la totalidad de la Transición” (“Franco será exhumado sin el voto del
 dió aprobar la exhumación de los huesos de Franco, una de   PP y Ciudadanos”).






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 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  6 , 2024
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