Page 141 - Revista6
P. 141
nes en las que somos espectadores del sufrimiento del polí- como lo fueran las primeras películas de Orson Wells o lo
tico. En esa dinámica se cifra, de hecho, las posibilidades de fue más recientemente una película como Children of Men
identificación con un personaje moralmente comprometi- (Cuarón 2006). Por otra parte, la prominencia del plano
do. Además de hacer una película sobre la corrupción, de secuencia en la factura de un determinado filme puede ser
mostrar los arreglos y manejos propios de este submundo también un exitoso despliegue de destreza técnica rayano en
de contratas, dinero negro y mordidas, uno de los objetivos el exhibicionismo, y filmes como Birdman (Iñarritu 2014)
declarados del filme es humanizar al corrupto. Así lo de- o 1917 (Mendes 2019) son ejemplos claros de ello. En todo
claran tanto el actor protagonista como los guionistas del caso, en el cine de acción el plano secuencia se ha conver-
filme, uno de ellos el propio director (Del Valle). Así tam- tido en una suerte de sello de virtuosismo, rito de paso o
bién lo facilita la gramática del género seleccionado para evidencia de aptitud. Este rodar ininterrumpido, especial-
hablar de corrupción. Involucrar emocionalmente al espec- mente si incluye varios personajes y cubre distintos escena-
tador en la ordalía del personaje central es, a fin de cuen- rios, se convierte por momentos en la técnica que actualiza
tas, la mecánica fundamental del thriller de acción, una que la potencialidad cinética del medio mismo, sobre todo en
invita a la misma huida hacia delante del protagonista. In- los géneros en los que el movimiento tiene más velocidad,
cluso la banda sonora colabora en ese vértigo narrativo. La en los que la continuidad implica vértigo.
pulsante música compuesta por Olivier Arson es parte de lo El reino se abre con un plano secuencia en el que la cáma-
que el director imagina como una “invitación [al especta- ra sigue al protagonista en su trayectoria desde el exterior de
dor] a huir y no pararse a reflexionar” (del Valle). El thrill- un restaurante de lujo junto a la playa hasta el comedor, pa-
er se consume emocionalmente, sin mucho tiempo para la sando por las cocinas. Visto de espaldas, como en muchas
meditación o la pausa. Ese no pararse cinematográfico tiene otras ocasiones durante el transcurso de la historia, ese reco-
su expresión literal en un espectacular plano secuencia, re- rrido recuerda la icónica escena del Tropicana en Goodfellas
curso en el arsenal del medio que en el cine de acción tiene (Scorsese 1990), una referencia que confirma la co-guio-
un valor definido. nista Isabel Peña en las entrevistas de promoción del filme
Las discusiones más recientes en torno al uso y el signifi- (Entrevista). Sin embargo, el plano secuencia de mayor es-
17
cado del plano secuencia siguen asociándolo a las nociones pectacularidad tiene lugar hacia el final de la película. Son
de realismo y artificiosidad invocadas por pioneros como
André Bazin o Pier Paolo Pasolini, pero derivan más a me-
nudo hacia reflexiones que tienen que ver con la globaliza- 17 Desde muy al principio queda claro que a este grupo de políticos y
ción de la industria audiovisual. Este recurso técnico puede empresarios se les puede llamar mafiosos porque así se filman. Duran-
te todo el filme los interiores suelen tener una iluminación subexpuesta
considerarse un desafío autoral a la industria de Hollywood, con abundancia de claroscuros o rostros directamente en la sombra.
140 141
Revist a de al ce s XXI Número 6 , 2024