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por ejemplo las integrantes del grupo Teatro Fronterizo a
finales de los setenta, fundado por José Sanchis Sinisterra.
Según López-Pellisa y De Beni, se trata de un ejercicio de
reconstrucción de la memoria, “como método de reflexión
ética para la construcción del presente” (258), que desem-
boca en el teatro fantástico de finales del siglo 20 y la pri-
mera quincena del siglo 21 entrelazando el realismo con lo
no mimético para referirse al pasado.
El cine
Según Paul Roig, los historiadores del cine consideran que
las primeras producciones fantásticas son de Georges Mé-
liès en Francia, mientras que en España llegan con las obras
de Segundo de Chomón —considerado el Méliès de Espa-
ña— hacia principios del siglo 20, aunque este produjo la
mayoría de sus películas en Francia e Italia. El cine fantásti-
co es una modalidad difícil de catalogar ya que, a diferencia
de los filmes de terror y de ciencia ficción, el cine fantástico
no está tan claramente delineado. El género se ha conver-
tido “en un verdadero cajón de sastre en el que se acumu-
lan, en irreductible heterogeneidad, todo tipo de propues-
tas vinculadas a la fantasía y la imaginación” (122). En otro
momento, Gómez propone que una particularidad del cine
fantástico español es la influencia del género de comedia en
su desarrollo, algo relacionado con la llegada del cine de te-
rror estadounidense a España en los años treinta, el cual ins-
piró cine fantástico de comedia, como por ejemplo Una de
miedo de Eduardo García Maroto en 1935.
Más hacia la última década del franquismo hasta la dé-
cada de los noventa, según Gómez, “el cine fue un elemen-
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Revist a de al ce s XXI
to esencial en la alfabetización emocional de generaciones
de españoles sometidos a una mezcla de doctrina política y
eclesiástica, (con)formadora de un espíritu nacional que se
pretendía alejado de las influencias del radicalismo moder-
no, con sus aires estetizantes y decadentes” (143). Durante
esa época, el régimen pretendía mostrar una imagen moder-
na y artística de España de cara al exterior a través de festi-
vales y la apertura de mercados. Esto hizo que los cineastas
dispusieran de “un amplio abanico de posibilidades de fi-
nanciación entre anticipos, créditos, subvenciones y avales”
(145). Ya que este nuevo sistema de producción dependía
del éxito en las taquillas, los cineastas de lo fantástico se ins-
piraron en las películas de terror inglesas, italianas y nortea-
mericanas.
La televisión
Ada Cruz Tienda, quien escribe el primer capítulo de dos
sobre la televisión en este volumen, comenta que lo fantás-
tico ha estado presente en el medio televisivo desde su in-
cepción como medio de masas durante los años sesenta y
setenta, lo cual hizo que la difusión de lo fantástico en la te-
levisión fuera un aspecto crucial en la normalización del gé-
nero en los años y décadas posteriores. El surgimiento de lo
fantástico en la pantalla pequeña propició la progresiva in-
filtración de lo fantástico en la escena televisa que hasta en-
tonces representaba una estética más realista. Un momento
notable en este cambio es el comienzo de la carrera de Ibá-
ñez Serrador en la TVE en 1963, lo cual llevó a la creación
del primer espacio televisivo en España dedicado a la cien-
cia ficción, Mañana puede ser verdad (1964). Gracias a su
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Número 5 , 2021-2023