Page 162 - Revista5
P. 162
(15), así como la íntima relación que sostiene la felicidad pecto crucial de la genealogía queer”; mi trad.; 89). Ahmed
con el discurso de las “buenas decisiones” vitales que, en subraya que no es que el deseo o amor queer sean de por sí
palabras de Sara Ahmed, “is used to justify oppression” (“se causas de la infelicidad, sino que “it is because the world
utiliza para justificar la opresión”; mi trad.; 2) y “to rede- is unhappy with queer love that queers become unhappy”
scribe social norms as social good” (“redescribir las normas (“es porque el mundo está descontento con el amor queer
sociales como bienes sociales”; mi trad.; 2). Frente a esta ‘fe- que las personas queer se vuelven infelices”; mi trad.; 98).
licidad’ de la hermana, construida a base de pastillas y de Sin embargo, la misma Baltasar ha restado importancia al
comunión con la normalidad, Permafrost es asocial, arisca, lesbianismo de Permafrost: “No creo que ese elemento haya
antipática, apática y hace intentos de suicidio. ayudado a su éxito; yo no he sufrido por ser [lesbiana], no
La dureza, independencia y apatía de la protagonista de hay conflicto hoy en eso; mi libro no es sobre lesbianas sino
Permafrost, como también en Boulder, se representan a par- sobre una mujer, en el fondo, en formación” (Geli). En la
tir de una serie de metáforas visuales y táctiles íntimamente novela, la autoconciencia de ser queer permea la voz narrati-
relacionadas con la naturaleza y la geología, empezando por va pero no se vincula de una manera evidente con la sexua-
los títulos, que son también los apodos con que conocemos lidad: “Soy yo, la extraña que todos reconocen, esa que pa-
a las voces narrativas. Estos dos nombres significantes en- rece de mentira bajo su capa de hierba corta y consistente”
fatizan lo naturales que también son la desafección y el de- (42). De un modo similar, el deseo de no tener hijos no se
seo de no-procreación. Ahora bien, la frialdad y distancia asocia con ser lesbiana, pero, como June Fernández indica,
3
se pueden también leer como un mecanismo de protección no podemos olvidar el “consenso antimaternal del colectivo
frente a la homofobia y misoginia de la sociedad en la que lesbofeminista” (47). María Luisa Peralta concuerda: “Sobre
viven estas dos mujeres, indiferencia que en Permafrost se las lesbianas cae un contramandato de abdicar de la capaci-
deshace al acercarse a su sobrina enferma y convertirse en dad gestante y del deseo de maternar: uno de los precios de
su madre adoptiva. De hecho, las dos protagonistas podrían querer vivir una sexualidad sin hombres es que no se puede
incluirse en la genealogía literaria que estudia Sara Ahmed ser madre”; y añade: “ser lesbiana implica no tener hijxs. Es
en The Promise of Happiness: “Unhappy queers as a crucial la contracara de la idea de maternidad como destino bioló-
aspect of queer genealogy” (“queers infelices como un as- gicamente determinado que las feministas han denunciado
incansablemente” (70-71). Es decir, parece que Permafrost
3 La imagen pétrea que es el símbolo o el tropo de cada novela se conti- no quiera de una manera consciente vincular su infelicidad,
núa en Mamut (un animal que hoy encontramos petrificado también). la sensación de ser extraña o distinta, la ausencia de hijos y
Podríamos decir que estas imágenes desafían la visión de una materni- el lesbianismo como elementos que tienen que ver unos con
dad “de piedra”, sólida y sin fisuras, mostrando las grietas por las que se
cuela la humanidad. los otros, pero la crítica muestra que en realidad están in-
162 163
Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023