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arbitraria de algunos de los éxitos del mercado musical lati- Es probable que el tema más alarmante que haya esta-
noamericano de los últimos 30 años revelaría que el sexis- do presente en la música sea la normalización de los femi-
mo, la masculinidad y el machismo se han manifestado de nicidios. Desde “No me falles” (“No tengo la vocación de
diferentes maneras. un suicida asesino / pero si es preciso afilo el cuchillo y me
Por ejemplo, en la versión de Luis Miguel (México) de la aplico”) de la banda chilena Los tres hasta “Ingrata” (“pues
canción de José Alfredo Jiménez, “La media vuelta”, Miguel si quiero hacerte daño solo falta que yo quiera lastimarte…
canta “…porque quieras o no / yo soy tu dueño”, con ello / por eso ahora tendré que obsequiarte / un par de balazos
establece a la mujer como propiedad y afirma ser el dueño pa que te duela / y aunque esté triste / voy a estar contigo
de ella. En “Te compro tu novia” de Ramón Orlando (Re- en tu funeral”) de la banda mexicana Café Tacuba que ganó
pública Dominicana) la cosificación de la mujer es evidente un premio MTV por mejor video de América Latina en
al ser representada como un producto cuyo valor está aso- 1995 y que a menudo aparece en las listas de mejor rock en
ciado a los servicios domésticos que puede llevar a cabo. español. Otras canciones similares incluyen: “Mala mujer”
Asimismo, en la versión de “Cascos ligeros” de Alejandro de la Sonora Matancera de Cuba que insiste “Mátala, má-
Fernández (México) la mujer a la que le canta se describe tala, mátala” porque ella “no tiene corazón”. También está
como “potranca desbocada”. La imagen de la mujer como la versión de Alejandro Fernández de “Mátalas” en que afir-
una yegua a la que hay que domesticar es bastante estándar ma que “No hay golpe más mortal para los hombres / que
para describir a las mujeres que resisten el control, tanto en el llanto y el desprecio de esos seres / amigo voy a darte un
la literatura como en la música. En dicha canción, aparte de buen consejo / si quieres disfrutar de sus placeres / consigue
animalizarla por su necesidad de no verse atada a él, Alejan- una pistola si es que quieres / o cómprate una daga si pre-
dro Fernández recurre al insulto refiriéndose a algunas mu- fieres / y vuélvete asesino de mujeres”, antes de rectificarse,
jeres como “yeguas brutas”, y a ella en particular como una de forma equívoca, diciendo que se refería a matarlas con
salvaje indomesticable (“bronca que cualquier soga revien- detalles y amor.
tas”). También cuestiona su feminidad llamándola “mula” Temas como la cosificación, la animalización, los femini-
—un animal híbrido que es semiestéril—. Esta reacción co- cidios y la mujer como propiedad son comunes en la cultu-
mún ha dominado la música popular durante décadas y res- ra popular pero no son exclusivas. Hay canciones de cuna
ponde a una masculinidad ofendida ante la afirmación del
individualismo de una mujer. 5
nombre o marca, representan y promueven las letras y temas al público,
hayan o no escrito o colaborado en la producción de la canción. De ser
5 Para simplificar, en este ensayo, el “performer” es la persona que haya preciso establecer una distinción entre el performer y el escritor, haré una
“escrito” la letra de cualquier canción. Puesto que los artistas, con su aclaración.
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Revist a de alces XXI Número 4 , 2019-2020