Page 72 - Revista4
P. 72

cambios sociales que venían gestándose de forma semi-so-                                                                históricos (Del Amo, Letamendia y Diaux “Arte y disiden-

         terrada durante la globalización, una fragmentación y pre-                                                              cia” 31-2). En lo que tiene que ver con el movimiento fe-

         carización del mundo social, y también del cultural de la                                                               minista, por ejemplo, encontramos una banda sonora de lo


         mano de las lógicas postmodernas y multiculturales (Jame-                                                               más amplia. Entre otras, podemos destacar la canción “A la

         son 271).                                                                                                               huelga compañeras,” versión punk de “A la huelga” de Chi-

             Así, el ciclo de protesta de la década de 2010 supone un                                                            cho Sánchez Ferlosio que miles de mujeres entonaron fren-

         giro material en temáticas e imaginarios. Y en este sentido                                                             te al ayuntamiento de Bilbao el 8 de mayo de 2018.  Tam-
                                                                                                                                                                                                                             4
         apunta al mismo fenómeno de fondo respecto a los cam-                                                                   bién “Yo por ellas, ellas por mí,” una canción producida por


         bios en el significado social de la música: la primacía de los                                                          la Comisión 8M en la que participaron artistas de forma-

         elementos indiferenciadores y los grandes eventos, en las                                                               ciones con estilos muy diferentes, pero que tienen una cosa

         plazas o en estallidos de protesta (Del Amo “Las rupturas                                                               en común: todas sus composiciones están atravesadas por

         postcrisis”, Del Amo y Letamendia). Esto refleja el agota-                                                              una fuerte reivindicación feminista. Entre estas artistas en-


         miento, en unas sociedades crecientemente fragmentadas                                                                  contramos a la vocalista y a la DJ de Tremenda Jauría, ban-

         y desarticuladas, de las construcciones identitarias diferen-                                                           da que mezcla cumbia, reggaeton y trap, o a las cantantes

         ciadoras, la superación de las pequeñas “tribus” de Maffe-                                                              de la banda de punk-rock fusión Mafalda. Además de estas,

         solli, y la búsqueda, a veces espontánea, impulsiva y espas-                                                            también participaron la rapera vasca La Basu, el conjunto


         módica, de construcciones en común; “hemos descubierto                                                                  de música tradicional gallega de letras feministas Punkere-

         la fuerza de los encuentros cara a cara y de los compromi-                                                              teiras, y las artistas de trap y reggaeton Tribade, entre otras.

         sos, y hemos entendido que vivimos en un contexto don-                                                                      Todo ello presenta una banda sonora estilísticamente muy

         de son extremadamente difíciles e improbables” (Rendue-                                                                 variada, pero que forma parte de un mismo movimiento so-


         les 194). Ello, en consecuencia, complica la vinculación de                                                             cial. Otro ejemplo podría ser el de las playlists que el BNG

         las nuevas protestas a una estética musical concreta y pone                                                             presenta en su página de perfil de Spotify y que usó tanto

         de relieve una aparente contradicción: las actuales protestas                                                           en la campaña para las elecciones generales de 2019 como

         son más estéticas en sí mismas (Letamendia “Towards the                                                                 para las autonómicas del 2020. En estas listas encontramos


         Aestheticisation”), pero no parecen tener una banda sonora                                                              estilos tan variados como el rock/rap vanguardista de Os Re-

         identificable.                                                                                                          sentidos, el punk fiestero de Lamatumba, el pop más clásico

             Y es que, no obstante, todo esto no significa que la músi-                                                          de Pucho Boedo, Andrés do Barro o Xil Rios, la música folk

         ca haya desaparecido de las protestas y movilizaciones socia-                                                           gallega de Treixadura o A roda, el rap de Dios Ke Te Crew e


         les contemporáneas, sino que su movilización y articulación

         adquiere formas diferentes a las de otras fases y contextos                                                             4  www.youtube.com/watch?v=e6KxL1xFsKk






       72                                                                                                                                                                                                                              73
                  Revist a   de   alces XXI                                                                                                                                           Número  4 , 2019-2020
   67   68   69   70   71   72   73   74   75   76   77