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Sharryn Kasmir plantea también que el punk contribuye   tética del rap. Traslada así la afirmación de los sectores sub-

 a innovar una identidad vasca no-esencialista. Por un lado,   alternos oprimidos —que ya había practicado el punk—

 contribuyendo a cambiar definitivamente las viejas identi-  como el orgullo negro (“I´m black and I´m proud” o “Soy


 dades vascas localizadas en el linaje y la etnicidad o en los   negro y estoy orgulloso”) a una afirmación de enorgulleci-

 espacios étnicos vascos, innovando modos y privilegios, ras-  miento nacional como pueblo oprimido (“Euskalduna naiz

 gos de vasquidad. Un proceso de redefinición que venía de   eta harro nago” o “Soy vasco y estoy orgulloso de ello”).

 antes, especialmente con las redefiniciones y debates que   El impacto de la música del RRV, en cualquier caso, re-

 tienen lugar en el seno de ETA en favor de definiciones et-  sultó enorme. En Ipar Euskal Herria, las tierras vascas del


 nolingüísticas, pero el RRV va a contribuir especialmente   norte continental, los primeros grupos punk —Izan, Zeine-

 a llevarlo más allá de esos espacios étnicos vascos. De otro   re, KGB, Beyrouth Ouest, Uharteko Punkak...— tuvieron ya

 lado, apunta Kasmir, el punk ocupa un espacio comunal al-  su fuente en el RRV y no en Inglaterra (Del Amo, Party &

 ternativo donde una novedosa identidad colectiva es inno-  Borroka 69). Pero no sólo en Euskal Herria, sino también en


 vada y realizada.  el Estado español, o en Latinoamérica, los grupos del RRV

 Así, durante la década de 1990, jóvenes socializados en   resultan más influyentes y populares que los propios grupos

 esta contracultura están apareciendo en las calles, colegios,   del punk anglosajón, como recuerda la propia López Agui-

 conciertos, txosnas y gaztetxes. Ya no conocerán las tensio-  rre. Y dicha música resultará en muchos casos imitada, es-


 nes entre abertzales ortodoxos y punkis; está consolidándose   pecialmente en Catalunya, como subrayan Carles Viñas y

 una nueva identidad cultural (Larrinaga). Una (contra)cul-  David Fernández. 2

 tura en la que el euskera va ganando progresivamente peso   En torno al cambio de siglo, sin embargo, parecen pro-

 y que engranará en torno al rock vasco una conjunción que   ducirse cambios importantes. Algunos de carácter general a


 une idioma, estética y mensaje político, que es expresión y   las sociedades occidentales, que los trabajos post-subcultu-

 polo de atracción (Del Amo, Party & Borroka 101-12).  ralistas reseñan. Ello deriva en un cambio en el significado

 El grupo Negu Gorriak será una de las referencias emble-  social de la música y su capacidad para articular en torno

 máticas. Jacqueline Urla da cuenta del paso de la banda de   a ella identidades fuertes, aun individualizadas (Del Amo,


 los 80 Kortatu al proyecto de los 90 de Negu Gorriak como   Letamendia y Diaux “El declive”). Además, la (contra)cul-

 compromiso político con el euskara, así como de la vincu-  tura vasca suma las inercias internas, como la redundancia

 lación simbólica del nuevo grupo con el movimiento negro   estética (Del Amo, Party & Borroka 155-60), o los efectos

 estadounidense (178); en la misma frase se podía referenciar


 a Fugazi, Public Enemy y un cantautor vanguardista como   2  Entrevistas durante una estancia de investigación en Barcelona, Mayo

 Mikel Laboa. Incluso incorpora ciertas componentes y es-  de 2012.






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 Revist a   de   alces XXI                                    Número  4 , 2019-2020
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