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y reivindicaciones progresistas y aquellos movimientos so- La rapera y escritora Julia Itoiz, “La Chula Potra”, com-
ciales que siguen sintiendo como propio el mensaje del gru- para las condiciones materiales, históricas y políticas de la
po. juventud proletaria y contestataria de los años sesenta, se-
La guitarrista Natalia Pérez de la banda Penadas por la ley tenta y ochenta (una época que en el País Vasco dio pie a
reflexiona en su ensayo sobre el papel de la música como un importante movimiento punk), con las condiciones vi-
herramienta de cambio social, teniendo en cuenta las expe- tales de la juventud del presente. Mientras que los padres
riencias de su propia trayectoria vital como artista nacida y de la juventud proletaria de los años sesenta procedían ma-
criada en Argentina pero afincada hoy día en Bilbao. La au- yoritariamente de un entorno rural —siendo muchos de
tora reivindica el importante papel que puede llegar a des- ellos blancos, católicos, antifranquistas y sindicados— hoy
empeñar la música en los movimientos sociales y pone en en día la juventud española no comparte el tipo de expe-
valor los avances recientes del movimiento feminista a nivel riencia vital de las clases proletarias del pasado, a pesar de
internacional, los cuales han generado una situación propi- que todavía haya jóvenes que a veces adopten una estética
cia para la organización de espacios y encuentros feminis- punk, e incluso aspectos significativos de la ideología aso-
tas, así como de festivales. Pérez valora que después del 15M ciada con dicho movimiento. En resumen, desde la pers-
han emergido diversos grupos contestarios que frecuente- pectiva de Itoiz, la juventud española del presente no ha
mente combinan Rap y Hardcore con una base DJ, al igual experimentado el tipo de desarraigo y de pobreza que expe-
que también han surgido grupos de mujeres que abordan rimentaron las generaciones proletarias del pasado en Espa-
temas que afectan a las mujeres. Sin embargo, la autora la- ña. Por ello, la autora opina que la próxima respuesta cul-
menta que cada vez hay menos rock y menos punk, al igual tural verdaderamente novedosa probablemente no proceda
que lamenta el hecho de que en las fiestas patrocinadas por de una juventud española acomodada, sino de los hijos e
grandes ciudades como Bilbao ya no se suele contratar a los hijas de quienes han inmigrado a España desde otras partes
grupos más reivindicativos. A pesar de la comercialización del mundo. La autora augura que dicha respuesta probable-
de numerosos festivales en los que la experiencia del festival mente se producirá una vez que esta nueva juventud se po-
importa más que la música, la autora subraya que todavía litice y logre gozar de más tiempo libre que sus padres, a fin
existen importantes festivales organizados por gente joven de poder dedicarle más tiempo a la creación, mezclando sus
en los que se apuesta por programaciones más alternativas, influencias familiares con las influencias del espacio de aco-
como TrespaRock, Ehuneko Bat, el Pintor Rock o el Kali- gida. La autora defiende su postura identificando diversas
kenyo. Algunos de ellos tal vez no sean tan rentables, aun- constantes históricas en las mutaciones musicales de origen
que sí aportan “mucho valor, riqueza cultural, diversidad y proletario, características que se vislumbran, por ejemplo,
convivencia” (295). tanto en la música de la población africanoamericana de Es-
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Revist a de alces XXI Número 4 , 2019-2020