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en una situación de extrema precariedad y doble subordi-  universos narrativos creados por la autora. En el anexo fi-

 nación.   nal, titulado “Entrevista deslenguada”, Lise Segas recupera

 Mientras que al principio se toma con frivolidad la re-  la metáfora de la lengua, símbolo de sexualidad, lenguaje

 lación con el “Caballero de los Bolsillos Repletos” (27) al   y orden simbólico para reivindicar un placer homoerótico

 que acompaña en misiones diplomáticas, pronto descubre   desvinculado de la heteronormatividad. La entrevista con

 su total indefensión y vulnerabilidad. Si en sus conversa-  las dos intérpretes novagenarias permite asimismo relatar su

 ciones con la India Catalina y con Jerónimo de Aguilar de-  lucha a favor de los derechos de las poblaciones indígenas,


 mostraba gran elocuencia al justificar su actividad laboral,   de los marginados y de los subalternos.

 al final es obligada a reconocer su posición de inferioridad   Como suele ocurrir en muchas de las reescrituras y revi-

 frente al influyente emprendedor y a un sistema que parece   siones feministas de personajes canónicos, la actividad her-

 no dejar ninguna vía de escape a las clases subalternas. Tras   menéutica y creativa, lo que Adrienne Rich llama “the act

 haber intentado apoyar las reivindicaciones sindicales de su   of looking back, of seeing with fresh eyes, of entering an

 madre, orientando las negociaciones de Cortés con los re-  old text from a new critical direction” (“el acto de mirar ha-

 presentantes sindicales en Cholula, es engañada por el mis-  cia atrás, de ver con una mirada fresca, de adentrarse en un


 mo Cortés y acusada de traición. No obstante, aun después   viejo texto desde una dirección crítica nueva”) se presenta

 de haber engendrado un hijo con el inversor español, haber   como “an act of survival” (“un acto de supervivencia”), que

 sido abandonada, haberse quedado sola y sin su bebé, no se   permite tomar conciencia de los mecanismos de domina-

 da por vencida. Cuando parece haberlo perdido todo, toma   ción falocéntrica y poner en marcha estrategias de resisten-

 la decisión de seguir luchando desde otro paradigma.   cia en contra del sistema heteropatriarcal del que tanto la

 Liberada del sistema de dominación económico y sexual   Malinche como la India Catalina fueron víctimas y cómpli-

 al cual se había subordinado, reivindica su versión de la his-  ces involuntarias (18). Con tonos irónicos la reescritura de

 toria y su derecho a contarla: “Es mi relato. Yo soy la fuen-  la historia de la Malinche se avala de unas deformaciones

 te. Quiero recuperar mi voz y también mi cuerpo, puesto al   paródicas y de un lenguaje que se tiñe de matices arcaizan-


 servicio de tantos y tantas” afirma en la parte final de la no-  tes para la construcción de unos personajes grotescos que

 vela (178). Consciente de haber sido representada y hetero-  configuran un nuevo escenario de conquista neoliberal.

 designada desde paradigmas coloniales, patriarcales y hete-  Desde la contemporaneidad, la obra de Segas traza un

 ronormativos, defiende su derecho a “tomar la palabra y la   paralelismo entre los nuevos mecanismos de explotación y

 pluma: ahora hablo y fabulo yo. Les doy mi palabra” (178).   la época de la Conquista militar, territorial y cultural prota-

 Con recursos narrativos típicos de la ficción metahistó-  gonizada por Cortés y Heredia. Al recontextualizar la figu-

 rica, en particular un tipo de autorreferencialidad que se   ra de la Malinche y hermanarla con la de la India Catalina,


 convierte en autoescritura, la novela acaba difuminando los   la autora francesa no crea un mero simulacro del personaje






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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
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