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A partir del título, la transposición de estos personajes gas entreteje recuerdos epifánicos de la joven intérprete, a
fundacionales en la historia de la Conquista al contexto una narración en tercera persona que da fe de los eventos
contemporáneo conlleva un cuestionamiento de su mitolo- que protagonizó al servicio de Cortés, durante sus comple-
gía, fruto de un proceso de ficcionalización y de las actuales jas negociaciones comerciales en unos países latinoamerica-
relaciones de poder en el contexto de la globalización. Con nos no identificados. Al contrastar los dos discursos, la no-
clara alusión a la obra de Bernal Díaz del Castillo, que des- vela problematiza la figura de la Malinche, mostrando su
cribe a la intérprete y amante de Cortés como “tan excelen- paulatina toma de conciencia, hasta convertirse en sujeto de
te mujer y buena lengua” y en diálogo con el legado cultural su propio relato.
de este controvertido personaje, el libro de Segas presenta Con cierto humor, Las malas lenguas se abre con la impe-
una recreación postmoderna de la vida de la Malinche que riosa voz de Cortés, que exige una prestación sexual sin pro-
reivindica su agencialidad a nivel tanto lingüístico como se- tección a una joven desinhibida, que a su vez ironiza sobre
xual. En la inversión paródica de las palabras del cronista el deseo de su cliente mientras reflexiona sobre la felación
español se refleja el largo debate en torno a esta figura cru- que acaba de practicarle. En este breve párrafo introducto-
cial en el imaginario cultural no solo mexicano, sino tam- rio, se vislumbran las dinámicas de poder que se establecen
bién latinoamericano y chicano. entre el cliente y la trabajadora sexual, una joven conven-
En diálogo con la tradición literaria y crítica que enfa- cida de que comercializar su cuerpo puede liberarla de las
tiza su mediación lingüística y su relación amorosa con el ataduras económicas y de las trampas del amor romántico.
invasor extranjero, así como con las corrientes del feminis- Joven de origen humilde, huérfana de madre, una líder sin-
mo queer que recuperan la figura de la Malinche como sím- dical víctima de la traición y del mobbing de sus compañe-
bolo de lucha contra el discurso patriarcal hegemónico, en ros de trabajo, al principio de la novela la Malinche se hace
Las malas lenguas Segas expone los mecanismos de explota- portavoz de un tipo de discurso neoliberal que defiende la
ción económica, sexual, comercial y financiera característi- idea de libre elección, de empoderamiento, agencialidad y
cos del neocolonialismo neoliberal. En esta nueva estruc- autodeterminación en el ejercicio del trabajo sexual. Debi-
tura geopolítica son las corporaciones y los conglomerados do a sus circunstancias vitales, a la falta de apoyos familiares
financieros los que realizan un tipo de conquista económica y a la ausencia de un estado del bienestar que pueda suplir
parecida a la que hace cinco siglos fue prerrogativa del ejér- las carencias individuales, considera la prostitución de alto
cito español, guiado por estrategas militares como Hernán standing como una opción viable para poder seguir estu-
Cortés y Pedro de Heredia. diando. Sin embargo, como aparecerá evidente a lo largo de
Frente al silencio que convierte a la Malinche en un sig- la novela, su participación en la economía sexual al servicio
no polisémico abierto a las intervenciones discursivas de los de una grotesca “alcahueta disfrazada de descubridora de ta-
que detienen el poder de articular su historia, la obra de Se- lentos” (23), lejos de ser una opción emancipadora, la pone
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Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017