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en el tiempo depende de condiciones materiales de fondo corporativos. La iniciativa fue creada por unas treinta per-
(lo que denomina la “cuestión de las retaguardias”), cuestio- sonas que durante casi dos años (2003-2005) se dedicaron
nes que frecuentemente no se tienen lo suficientemente en a imaginar el tipo de periódico que querían. Entre las deci-
cuenta a la hora de explicar la falta de militancia y de parti- siones colectivas que tomaron destaca el deseo de evitar la
cipación colectiva, como por ejemplo la situación de las per- estructura vertical de los periódicos al uso, el rechazo a las
sonas migrantes, la de quienes tienen que cuidar a otras per- escalas salariales (puesto que todos los trabajos son impor-
sonas (enfermos, ancianos, hijos), la de las personas en paro tantes, tanto los que se ven como los que no), la remunera-
de larga duración, la de las personas con enfermedades cró- ción de los trabajadores sin necesidad de depender del tra-
nicas, etc. Teniendo estos factores en consideración, León bajo voluntario (aunque éste fuera necesario al principio)
subraya la importancia de visibilizar y de politizar la vulne- y el rechazo inicial de la publicidad como fuente de ingre-
rabilidad que experimentan aquellas personas que compo- sos. En definitiva, se trataba de un proyecto arraigado en la
nen las nuevas organizaciones populares, los espacios asam- realidad social, con contenidos atravesados por perspectivas
blearios de barrio, los círculos de Podemos, etc. todo ello a de género, clase y etnia. Diez años más tarde, con la proli-
fin de evitar la creación de espacios de exclusión en lugar de feración de medios online, redes sociales y tuits, y con una
lo contrario. En definitiva, un movimiento asambleario re- situación social y política muy diferente a la inicial, los tra-
volucionario no puede existir a espaldas de las necesidades bajadores se vieron obligados a reevaluar su concepción del
materiales de las personas, por lo que la autora defiende la periodismo, abandonando así la aspiración de ser el medio
necesidad de integrar algunos de los principales conceptos de referencia de los movimientos sociales tras convertirse
que se originan desde los feminismos, como “reproducción” en un nodo más en una red de proyectos comunicativos. Si
y “política de los cuidados”. bien los afectos fueron un factor clave para que el proyecto
Irene G. Rubio explica la trayectoria de Diagonal, un pe- durase más de diez años, el paso del tiempo hizo cada vez
riódico quincenal en papel y difundido por toda España que más difícil conjugar el sostenimiento de la vida y las obliga-
se publicaba junto con una página web de actualidad que ciones familiares con la vocación activista. Además, después
incluía contenidos de libre acceso. Diagonal se financiaba del 15M, muchos periodistas despedidos por otros medios
no solo gracias a sus 5.000 suscriptores, sino también gra- reaccionaron creando nuevas cabeceras y tratando aquellos
cias a la publicidad y a las ventas. El compromiso del medio temas que antes solo trataba Diagonal; todo ello en un mo-
con la información rigurosa y con la realidad circundante mento en el que Diagonal ya tenía una existencia frágil y
le llevó a dar amplia cobertura a las iniciativas y movimien- una capacidad de reacción lenta que no encajaba con la ce-
tos comprometidos con el cambio social. En sus inicios, se leridad de la nueva realidad. Tal situación obligó a crear un
trataba de relatar aquellas noticias socialmente relevantes nuevo proyecto. Impulsado por el periódico Diagonal, El
que, sin embargo, no encontraban espacio en los medios Salto nació en 2016.
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Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017