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ber cuándo es necesario decir “no” y cuándo tal prohibición tro concepto de la materia como una masa inerte y plega-
puede producir un resultado contrario al esperado. Teresa ble puede verse como una de las causas de la crisis ambien-
siempre ha concebido el espacio de modo creativo, nego- tal y política. Bennett aboga por una conceptualización de
ciando los límites. Algo ha tenido que funcionar, porque su las cosas, compuestas tanto por la materia animada como
hijo no pasa tiempo con los vídeojuegos, es feliz e incluso la inanimada, que permita verlas como impulsoras de va-
ayuda a su madre cuando hay necesidad. Parece que Tere- rios eventos e incluso como co-responsables de las estructu-
sa ha encontrado ese tiempo-espacio mágico de Kairos por ras económicas y políticas que están consumiendo la tierra.
donde escapar de la destrucción de Cronos y se ha podido Sin adoptar abiertamente los planteamientos revoluciona-
llevar a su hijo consigo. rios de los teóricos, los movimientos de Transición mues-
tran, sin embargo, una sensibilidad mayor hacia el mun-
do material de los objetos. Si los objetos actúan, importa
Objetos
que nos fijemos con qué objetos nos rodeamos y llenamos
En su We have never been modern (Nunca hemos sido mo- nuestras vidas (por ejemplo, las plantas) y cuáles debemos
dernos), Bruno Latour concluyó que la clasificación mo- evitar (por ejemplo, la basura tóxica). El reciclaje, un viejo
derna que distingue entre la naturaleza y la cultura, entre la concepto verde, adquiere una dimensión adicional gracias a
ciencia y la política, ha sido responsable tanto de los enor- las monedas sociales que revaloran los objetos usados en el
mes desarrollos y éxitos de la tecno-ciencia como también contexto de la economía local. La prolongación de la vida
de la presente crisis. Latour considera que esta clasificación de ciertos objetos se convierte en el ideal que se compagina
ha sido incorrecta y ha servido a la política más que a la con una lucha contra el consumismo exagerado.
verdad porque las relaciones entre el dominio humano y el Sin embargo, dentro de todas las economías alternativas
no-humano son tan fuertes y múltiples que es imposible en- hay una clase de objetos de importancia especial y estra-
contrar lo uno sin encontrar lo otro. La simplificación clasi- tégica que no solo despliegan la capacidad de interactuar
ficatoria que llevó a los triunfos de la civilización occidental con nosotros sino que nos controlan, nos manipulan y nos
puede ser también la causa de su próximo ocaso, el cual se usan más de lo que han hecho otros nunca y además lo ha-
debe a que no hemos prestado suficiente atención a la im- cen sin que lo sepamos. Los objetos que forman parte de
portancia del mundo que nos rodea, usándolo según nues- los sistemas de la economía del conocimiento (Pavone), ta-
tras necesidades y deseos. Según Latour, las cosas que nos les como los smartphones, las tabletas, los ordenadores e in-
rodean no son pasivas, sino que actúan y sin que nos demos cluso las tarjetas de crédito, integran a los seres humanos
cuenta nos encaminan en procesos que no siempre nos re- en redes a través de las cuales se propagan juntos los men-
sultan benéficos. En Vibrant Matter (La materia vibrante), sajes y los intereses comerciales, políticos y económicos del
en diálogo con Latour, Jane Bennett argumenta que nues- sistema dominante.
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Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017