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nal no surge tanto del cierre del círculo, sino más bien de la
promesa de un nuevo comienzo.
Según Stephanie Rearick, en la economía solidaria todos
contribuyen lo que deseen y sorprendentemente estos de-
seos coinciden con las necesidades económicas; una gran
mayoría de las personas quiere cultivar jardines. Los jardi-
nes constituyen una parte inseparable de los espacios de los
pueblos y ciudades en transición. Son los corazones y los
pulmones de las comunidades. En Cardedeu, junto al jar-
dín hay un restaurante ecológico que emplea los productos
de la huerta y donde se reúnen los miembros de la asocia-
ción. En Zarzalejo, una vez al mes se organiza “el día ver-
de”, cuando los que pueden acuden a plantar o a quitar ma-
las hierbas. Así se conocen todos y surgen nuevos proyectos.
Las cestas de verduras se distribuyen entre las familias aso-
ciadas —y en verano, cuando la gente viaja, se comparten
con otros—. La huerta ha generado incluso un puesto de
trabajo. Lo ocupa Ricardo, ingeniero agrónomo especiali-
zado en agricultura regenerativa, quien piensa en cómo “ce-
rrar el círculo” en la granja que cuida. Le faltan animales
que produzcan un abono orgánico. Ricardo nos habla de
Jairo Restrepo, nacido en Colombia y ciudadano de Brasil,
quien trabaja sin tecnología ni pesticidas. Tan sólo aprove-
chando la comprensión de la “sabiduría de la naturaleza” lo-
gra un rendimiento comparable a las fincas industriales. La
agricultura regenerativa practicada por Restrepo restablece
la salud mineral y microbiológica de la tierra para que pue-
da crecer una comida sana y abundante. Este tipo de comi-
da, según los ideólogos de la agricultura regenerativa, no
sólo puede sanear los cuerpos, sino también las mentes hu-
manas. En esos espacios granjeros, la transición exterior e
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Revist a de alces XXI
interior se funde en los estómagos. En el sitio web del Foro
de Agricultura Regenerativa de España, leemos el siguiente
párrafo (publicado originalmente por El Vórtice): 14
Una persona desmineralizada es una persona enferma,
que no puede expresar todo su potencial y sobre todo
que no puede pensar con libertad y amplitud. Contro-
lar la desmineralización de nuestra dieta es controlar
nuestras mentes. Junto con los efectos colaterales de la
agro-industria y sus métodos en la economía, en la eco-
logía y en la sociedad, este es otro motivo más para re-
plantearnos cómo se produce lo que comemos, y para
apoyar los modos de producción que sí se corresponden
con lo que queremos para nosotros y nuestros hijos. ¡Li-
beremos las mentes a través del alimento consciente y
mineralizado!
El espacio de la Transición se reconfigura para la producción
de comida sana y suficiente para toda la comunidad y tam-
bién en función a la relación con los demás, inclusive las
generaciones futuras. Esta relación con el futuro se esta-
blece a través de prácticas sostenibles que permiten bene-
ficiarse de los recursos sin destruir la capacidad generadora
del ambiente. Es un elemento importante de la ecojusticia
porque las generaciones futuras podrán vivir bien sólo si la
nuestra hace ciertos sacrificios. Por un lado, la convicción
del saber antiguo de que “mens sana in corpore sano” (en
el cuerpo sano, mente sana) no es nada nuevo. Por otro, lo
nuevo consiste en que la posibilidad de recobrar la salud y
14 <https://www.ivoox.com/vortice-alimento-para-pensamiento-au-
dios-mp3_rf_3738300_1.html>
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Número 3 , 2016-2017