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La película de Rodríguez no sólo se pregunta por los mé- en tiempo de crisis de manera masiva. Siguiendo a Žižek
todos violentos empleados por la policía y las autoridades en este análisis, la paradoja del capitalismo no consiste so-
gubernamentales, sino que iría más allá al cuestionar la vio- lamente en que “no puedes tirar el agua sucia de la especu-
lencia fundacional implícita a ese modelo de estado de dere- lación financiera mientras conservas al saludable bebé de la
cho. No se trata exclusivamente de analizar la violencia im- economía real” (Primero 15); sino que al mismo tiempo el
plícita a cualquier pacto social que sustenta una ley, sino que significado de las huellas del pasado que se encuentran en
lo que estaría en juego, sería un cuestionamiento histórico el pocillo del agua sucia, retornan y cambian continuamen-
del modelo de estado de derecho democrático en España. te con las transformaciones de los dominios simbólicos. La
Rodríguez no elige la memoria de la represión franquista o memoria de la represión asociada a los grandes eventos del
la de la Transición para su representación de la violencia de ‘92 vuelve a hacerse visible, aunque debamos buena parte
estado, ni siquiera busca episodios que conciernen a la inge- de su difusión anterior a la recreación de relatos alternati-
niería política del terrorismo de estado del PSOE como los vos que ya circulaban en la red en forma de testimonios que
Grupos Antiterroristas de Liberación, activos hasta el año construyen la memoria de las comunidades involucradas,
1987, sino que narra la historia de una pequeña unidad po- como es el caso del desenlace de las jornadas “NO’92” cele-
licial a partir de la cual se cristaliza la imagen de toda una bradas en Sevilla, que se saldó por parte de las autoridades
sociedad en un momento muy concreto: con tres activistas heridos de bala en vísperas de la inaugu-
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ración de la Expo, lo que constituye un claro ejemplo de un
La película aborda un año en el que parecíamos que éra- relato histórico borrado de la memoria del proyecto moder-
mos capaces de sumarnos a ese carro de las primeras po- nizador nacional. En Grupo 7 se hacen visibles las condicio-
tencias mundiales con esos eventos tan deslumbrantes nes en las que puede desarrollarse ese “urbanismo del espec-
como eran los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Expo táculo, empecinado en obras faraónicas y en la fetichización
de Sevilla y la capitalidad cultural de Madrid. El 92 fue del lugar histórico” (Díaz Parra, Sevilla 392) en el contexto
el gran año de España por eso decidimos que la película
era importante, por qué se hizo con la miseria, cómo se de la Sevilla del año 87, donde los altos niveles de pobreza
tapó todo, cómo se barrió debajo de la alfombra. (Díaz)
21 Ver crónicas detalladas de los acontecimientos en S.I.: Sevilla imagina-
La memoria institucional del vigésimo aniversario de los da de Pedro G. Romero (122-3) y en Cómo nació, creció y se resiste a ser
eventos del ‘92 ha pasado desapercibida en 2012, mientras comido El Gran Pollo de La Alameda (52-7), archivo editorial de la resis-
una película sobre lo que “se tapó” en aquel momento, so- tencia vecinal del barrio sevillano que ha recogido la existencia de otras
bre la ciudad que debía permanecer invisible en medio de narrativas y otras posibilidades de diálogo sobre el impacto del modelo
urbanístico a partir de las prácticas vecinales de resistencia y del activis-
los grandes eventos, consigue conectar con los espectadores mo cultural y artístico.
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Revist a de alces XXI Número 3 , 2016-2017