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El peligro percibido de una difusión por el espacio na- británico, la basura local es global.
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cional de los residuos es sugerido también en la Figura 9 en En la imagen quizá más evocadora (y no sin su humor)
que aparecen montones de bolsas de plástico delante de la una señora contempla entrar en una sucursal de Bankia
sede de la World Wildlife Fund en Madrid. Esta toma fo- mientras otro cliente le mantiene apenas abierta una puerta
tográfica aérea, sacada desde un ángulo contrapicado, sir- casi trabada por un montón de bolsas de plástico que se en-
ve como evidencia visual de una situación corporal concre- cuentran en el umbral. [Fig. 10. Bankia basura. © Gemma
ta de alguna ciudadana de proclividades documentales (la Fernández]. En la Figura 10 se divisa, deletreado en el cris-
foto aparece firmada por Fuencisla Miguel) dedicada a de- tal de la puerta transparente, el mensaje “Bienvenido a Ban-
nunciar el hecho de que “el olor que produce la acumula- kia,” pero la foto detalla una historia alternativa, ya que la
ción de basura llega hasta los domicilios”. [Fig. 9. WWF. única cosa que es bienvenida aquí parecen ser las bolsas de
© Fuencisla Miguel]. Esta imagen reproduce dentro de su basura. La imagen es impregnada de una reflexividad genial,
propia angulación un desequilibrio que refleja el desajuste literal y figurativa, ya que se ve reflejado también en la puer-
municipal que ha permitido que deje de funcionar el siste- ta de cristal el título del periódico en el que aparecerá luego
ma de desaparición de restos. Los tres contenedores para el la imagen online: El País. Pocas de las imágenes recopiladas
reciclaje que aparecen a la derecha le recuerdan al especta- en la web de El País o publicadas en Twitter representan de
dor la lógica de la separación en la que se basa tanto el pro- manera tan sutil la relación ambivalente entre sujeto y ca-
ceso de reciclaje como la recogida de basura: la separación pital en la España posmoderna como ésta de Gemma Fer-
de las botellas del papel y cartón, la materia orgánica de la nández, en que el capitalismo, el ciudadano y los restos que
electrónica, el papel del plástico y la separación de desechos produce la relación entre ambos se ven enfrentados en una
del ámbito hogareño. El evidente fracaso de estos contene-
dores, que no pueden contener lo que tienen que conte-
ner y que no logran ni separar el reciclaje en sus elementos 9 De las tres cosas que según el discurso municipal se puede hacer con
constituyentes, ni apartar los desperdicios del ámbito ur- la basura —quemarla, llevarla a otro sitio, o reciclarla— ninguna la hace
desaparecer totalmente. El consenso cada vez más contundente, com-
bano, señalan la fragilidad del sistema para el tratamiento partido por científicos, ecologistas, antropólogos, sociólogos, geógra-
o soterramiento en lugares lejanos e invisibles de estos de- fos, urbanistas y ciudadanos comprometidos es que la basura se quedará
sechos. El oso panda —marca global de la WWF— es una como el monumento más visible y duradero de la sociedad tardocapita-
yuxtaposición visual de un problema ambiental de impor- lista global. El antropólogo estadounidense William Rathje apunta que
“garbage is among humanity’s most prodigious physical legacies to those
tancia inmediata y sumamente local pero que a la larga ten- who have yet to be born” (“la basura será uno de los legados físicos más
drá sus impactos fundamentales globales (otra vez invisibles prodigiosos que dejará la humanidad para las futuras generaciones”; 4),
para el ciudadano madrileño). Como vemos en el artículo y demuestra en su libro sobre la arqueología de la basura que una de las
de Giles Tremlett sobre las ballenas sofocadas por el plástico mejores maneras de investigar la cultura material contemporánea es ta-
mizar sus desechos aparentemente inútiles.
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015