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Antonio Souto]. En la Figura 5, en que se ve un montón de sido expulsados de los interiores de los contenedores. Al
residuos delante del Centro de Salud La Alameda, la pues- fondo aparece un letrero anunciando que hay un “local dis-
ta en escena y el posicionamiento de la cámara funcionan ponible”. [Fig. 8. Local disponible para desecho de basu-
para señalar la insalubridad de la basura en sí pero insinúan ra. © Juan Fran Valera]. En términos literales, la frase “lo-
también, mediante una metonimia municipal del desecho, cal disponible” se refiere a la adquisición (y especulación)
una enfermedad más amplia con ramificaciones sociales y capitalista del espacio urbano, pero en esta imagen el texto
sistemáticas; la salud del centro urbano en este caso es deca- accidental se convierte, mediante la tarea colectiva (de ve-
dente. La ironía de la yuxtaposición entre el letrero que de- cinos cargados con sus bolsas de plástico y otros restos) y la
nomina este sitio como “Centro de Salud” y la basura que fotográfica individual (elección de punto de vista, puesta
aparece delante crea una diacrítica para pensar en los lími- en escena de basura, inclusión de arquitectura, angulación
tes que separan la salubridad de la enfermedad, el interior para la inclusión del letrero), en el local propicio para la ela-
del exterior, lo municipal de lo individual, y llama la aten- boración de una crítica tanto performativa (de parte de los
ción sobre los umbrales institucionales que permiten acce- ciudadanos que dejaron sus bolsas de plástico) como visual
so a las entidades estatales del ámbito público de las calles. (del mismo fotógrafo Juan Fran Valera) de la materialidad
Podríamos llegar a conclusiones parecidas mirando la ima- de la basura y de una experiencia urbana. Y así el lugar se
gen que acompaña el Tweet de Fernando Rubio donde una transforma en disponible para la acción política y el comen-
salida de emergencia es obstruida por la basura, sugiriendo tario crítico, no sin ironía. El concepto de disponibilidad
a su vez la idea de una ciudad sitiada por sus propios dese- es también reforzado por el portón de garaje abierto a la iz-
chos. [Fig. 6. “A menos de 100m del KM 0 de España!” © quierda, pero la basura que aparece en el primer plano crea
Fernando Rubio] De modo parecido, la Figura 7, sacada en un diálogo implícito con el anuncio inmobiliario: sí, es un
los alrededores de la Plaza de España, interpela al especta- lugar disponible, pero es un lugar que contiene su basura,
dor dentro de una constelación geográfica, la señalización que crea sus residuos, y que en este momento particular no
de direcciones y lugares en un letrero callejero (calle Bailén, repudia su situación dentro de un contexto urbano imbri-
Badajoz, Casa de Campo) sugiriendo una continuación na- cado en un proceso implacable de adquisición y consumi-
cional mucho más allá de una mera crisis municipal, un tra- ción de productos y de su desecho.
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yecto contemporáneo español pavimentado por los desper-
dicios. [Fig. 7. Plaza de España. © Juan Manuel Vidal].
En la Figura 8 aparecen montones de basura delante de 8 Una interpretación menos optimista —fatalista quizás, en el estilo na-
dos monumentales cubos para reciclables cuyos agujeros-re- turalista— aseveraría que estos montones de basura simplemente mues-
cipientes evocan una imagen de erupción: los montones de tran la intratabilidad del ciudadano medio que no varía de su rutina dia-
envases, cajas de cartón y bolsas de plástico parecen haber ria y que como animal habituado sigue dejando sus restos en el mismo
sitio, día tras día, a pesar de que no hayan sido retirados los montones.
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015