Page 313 - Revista2
P. 313

Cinco   sexo online será tan high tech que todo el mundo nos dará

 Si yo hubiera nacido en esta era de internet, webcams y   por cool. Como se puede apreciar, el fin del libro genital

 redes sociales jamás habría escrito mi novela Libro de mal   contemporáneo es tan inexorable como el triunfo del sexo

 amor, porque cuando uno era joven sólo era posible ligar   digital que nos aguarda, aunque ahora mismo no sea igual

 en directo y ahora las nuevas tecnologías te permiten ligar   hacerlo por You Tube que hacerlo por your tube.

 en karaoke, diferido, play-back o videoclip. Las chicas de mi

 época se horrorizaban nada más enterarse que me gustaban,   Siete


 mientras que a las chicas de hoy les encanta que les estam-  El futuro de la escritura en español no puede romper con el

 pen un “me gusta” debajo de cada foto del muro de su Face-  pasado de la escritura en español. Así, la primera acepción

 book. Ahora hasta los tímidos, tartamudos y vergonzosos lo   de “genital” —del latín genitalis— en el Diccionario de Auto-

 tienen más sencillo, porque les basta con enviar a través del   ridades (1732) era “Lo que sirve para la generación”, defini-

 móvil o del e-mail un emoticono colorado, un emoticono   ción que ha llegado tal cual hasta nuestros días. ¿Habrá algo

 sonriente o un emoticono picarón. Si yo le hubiera manda-  más propicio que los libros para la generación? Pienso en la

 do una lenteja guiñando un ojo a cualquier chica de los 70,   Biblia, en la epopeya de Gilgamesh o en los poemas homé-


 seguro se habría quitado un beso de encima negándome el   ricos, y creo que no exagero si aseguro que el código gené-

 saludo.  tico de toda la literatura universal ya estaba encriptado en

         aquellos libros primordiales y venerables. Por lo tanto, bas-

 Seis    taría una sola línea generatriz para demostrar la naturaleza

 Los apocalípticos sexuales harían una cerrada defensa del   genital de los libros, partiendo de Homero y terminando en

 restregamiento corporal, del placer como chapoteo líqui-  Borges, pasando por Virgilio, Dante, Montaigne, Cervan-

 do, del erotismo como “ciencia fricción”, del 69 como nú-  tes, Shakespeare, Swedenborg, Baudelaire, Conrad, Kafka y

 mero primo y del polvo serrano como coito ergo sum; mien-  Joyce. Los genitales por excelencia son los libros y encima es

 tras que los integrados harían una apología del sexo limpio   un placer tenerlos cuadrados. Por el contrario, la evolución


 exonerado de pelos, pringues y olores; del sexo sano a salvo   de la palabra “digital” sí que ha sido más azarosa, pues aun-

 de gérmenes, bacilos y bacterias; del sexo a la carta rico en   que la RAE le atribuye hoy hasta cuatro significados, entre

 avatares, replicantes y hologramas; y del sexo libre sin com-  1843 y 1899 únicamente admitía como tal a una hierba de

 promisos, sin attachments embarazosos y especialmente sin   la familia de las escrofulariáceas. En realidad, sólo a partir

 sobrecamas, que vienen a ser algo así como las sobremesas,   de la edición de 1914 del DRAE, la voz “digital” —del latín

 pero encima de otro mueble. En aquel futuro más que pro-  digitalis— quedó definida como “Perteneciente o relativo

 bable, follar con los genitales será tan anticuado como leer   a los dedos”, manteniéndose así hasta la vigésimo segunda


 las pagínas —¡perdón!— las páginas de un libro, y tener   edición del año 2001. No quiero ser aguafiestas, pero ate-






 312                                                                                                          313
 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  2 , 2014-2015
   308   309   310   311   312   313   314   315   316   317   318