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u ofreciéndole el pie para corear una frase-motivo; los pa-  rias han nacido para ser transmitidas no solo a través de la

 ralelismos al narrar las distintas secciones de la historia que   palabra, sino a través de lo visual. El vídeo ofrece un canal

 concluyen siempre igual, de modo que el público anticipa   de difusión más literal, más fiel a lo oral, pero alejado de la

 el final recurrente hasta que se introduce la ruptura en la se-  interacción.

 cuencia de repeticiones; el uso constante de la primera per-

 sona del plural; la individualización de uno de los asistentes   El repertorio

 invitándole a intervenir de palabra o acto en la historia; los   Inicialmente el repertorio del cuentacuentos se remitía a los


 paréntesis en los que se establece diálogo con uno o varios   cuentos o historias tradicionales recogidas tanto por la me-

 de los oyentes y que sirven no solo para dilatar la continua-  moria del intérprete como por la de su comunidad. Al igual

 ción de la historia, sino para individualizar la ocasión y dar   que encontraba un caudal inagotable de relatos en el regis-

 voz al público y, sobre todo, como una forma de incitar a la   tro impreso, incluso entre la literatura contemporánea, en

 expresión de emociones, principalmente la risa.   historias de autor, que adaptaba y hacía suyas. Su narrati-

 La respuesta emocional del público es el hilo de Ariadna   va nace de la adaptación, pero, con el paso del tiempo, el

 que sigue el cuentacuentos por el laberinto de la historia.   cuentacuentos se ha convertido él mismo en creador de sus


 No hay salida si las emociones no se incorporan a la narra-  ficciones. En su intercambio con los asistentes a sus actua-

 ción.   ciones, ha recabado la información de los temas, persona-

 Los recursos utilizados por el cuentacuentos, incorporan-  jes e historias que son más del gusto de su público, según su

 do el contexto a la historia y utilizando al público, son re-  edad y su formación.

 cursos dirigidos no solo a captar la atención de los asistentes,   Se produce un curioso fenómeno. En un principio, la fi-

 sino las herramientas de las que se han valido las narraciones   gura del cuentacuentos confiaba el peso a la historia con-

 orales para anclarse en la memoria, salvo que en la actuali-  tada, para luego centrarse en la forma, en el oficio del na-

 dad, la pervivencia de la historia se confía a otros registros.   rrador. A medida que el cuentacuentos es más popular y se

 Y es que, como no podía ser de otro modo, en el eterno ci-  profesionaliza más, la individualización es más difícil. De


 clo de la evolución, el cuentacuentos da un paso más y, una   nuevo se vuelve a confiar la originalidad a la historia y esta

 vez consolidado su arte interpretativo, vuelve de nuevo los   ha evolucionado desde el cuento de estructura tradicional

 ojos a las historias para convertirse ahora en un autor. Y,   hasta, en la actualidad, convertir números, ecuaciones, con-

 cómo no, el autor que hay en él aspira a la publicación, y el   ceptos de física o elementos químicos en personajes que vi-

 intérprete no se resiste a ser encapsulado en imágenes que   ven historias de amor y desamor, aventuras perdidas en el

 difunden sus historias en redes sociales, y el cuentacuentos   infinito, relaciones de poder. Manejan, en definitiva, refe-

 autor publica sus historias originales en prestigiosas edito-  rentes conocidos por su auditorio, exactamente igual que


 riales que, además, ilustran las historias, porque estas histo-  sucedía en otras épocas, pero se adaptan a contenidos nue-






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 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  2 , 2014-2015
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