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toda la serie de líderes de las nuevas formaciones tanto polí- Brodsky, Freud concluye que ese tipo de chistes nos hacen
ticas como civiles, como en el caso de la Assamblea Nacio- sonreír
nal de Catalunya con Carme Forcadell; con Òmnium Cul-
tural con Muriel Casas; Guanyem con Ada Colau ; o con la por el placer que nos produce infringir las reglas del jui-
cio, atacar las leyes del conocimiento, burlar la lógica y,
monja independentista Teresa Forcades. por si esto fuera poco, redoblar dicha satisfacción sacan-
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Toni Soler juega con todos ellos haciendo uso de la sáti- do partido de nuestra incertidumbre sobre la verdad.
ra y parodia con el contrasentido de la verdad política. Lo Si se miente cuando se dice la verdad y se dice la ver-
hace según la terminología de Freud, con “la técnica de la dad con una mentira, ¿la sanción de la verdad corre por
figuración por lo contrario,” la cual, añadida a la del con- cuenta del oyente, se diga lo que se diga? ¿O hay una
verdad genuina que merece ser transmitida? (n.pág.)
trasentido, es capaz de hacer que un chiste no ataque “a una
persona o a una institución, sino a la certeza misma de nues- En el caso de Polònia, la pregunta sobre la veracidad toma
tro conocimiento, de uno de nuestros bienes especulativos” la dimensión de la verdad política. Como en el chiste de
(108). Freud añadía que “el nombre adecuado [para este Freud, cuando Polònia declara cómica y satíricamente la vo-
tipo de chistes que utilizan el contrasentido y la figuración luntad de Catalunya de declararse independiente y la del
por el contrario] sería el de chistes escépticos” (108-109; én- gobierno central de impedir tal proceso; cuando el progra-
fasis del autor); justo la técnica utilizada por el programa en ma ironiza sobre la falta de consistencia y coherencia políti-
sus parodias de los políticos catalanes. Al hacerlo así, Toni ca de la monarquía española; cuando desnuda de forma casi
Soler y su equipo juegan desde luego con “el problema de obscena al plantel de políticos y sus proclamas y decretos
las condiciones de la verdad” (108) que Freud anotaba para relacionados con la viabilidad política de Catalunya; cuan-
esa clase de juegos de humor. “El chiste del judío que va en do de forma a veces hostil, a veces cínica, y en suma, como
tren a Cracovia,” explica Freud, “vuelve a indicar un pro- decía Freud, siempre tendenciosa y escéptica, Polònia usa y
blema y saca partido de la incertidumbre de uno de nues- abusa de la técnica del contrasentido junto a la de la figura-
tros más usuales conceptos. ¿Consiste la verdad en describir ción por lo contrario, u omite de forma radical las referen-
las cosas tal como son, sin preocuparse del modo en que las cias a lo real del tejido social, ¿a qué títere corta la cabeza el
entenderá el oyente?” ¿O bien “la veracidad genuina debe programa? ¿Cuál es su verdad? ¿Y a qué sujeto político se di-
tomar más bien en cuenta al oyente y transmitirle una co- rige? ¿Y se constituye su oyente, su audiencia, en todo caso,
pia fiel de lo que nosotros sabemos?” (108). Según Graciela como sujeto político?
Al fin y al cabo, en realidad el contrasentido y la figura-
43 Hay que notar que todas las impulsoras de las máximas asociaciones ción por el contrario en el chiste tendencioso se da en Polò-
civiles en Catalunya son mujeres. Tal peculiaridad —comparada con el nia no entre dos contrarios disímiles (el gobierno central
número de hombres en posiciones centrales en los partidos políticos— versus la Generalitat, por ejemplo), sino entre dos afines: la
será analizada en un ensayo próximo.
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015