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se permiten, como dijo Daniel, a discreción de la autoridad gresivamente el espacio público. Si antes la población po-
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y pueden contribuir al apparent looseness de una ciudad li- día sentarse o congregarse en el umbral de un edificio, en el
bre. Quizás éste haya sido el motivo por el cual la policía no borde de una maceta o en el alfeizar de una ventana, ahora
ha interrumpido ninguno de los cuatro #fPs que se han ce- resulta imposible: muchos de estos espacios están cuidado-
lebrado. samente diseñados con piques metálicos o curvas en forma
Las actividades cotidianas mencionadas anteriormente de toboganes invertidos, no con el fin de que los pájaros co-
nos conducen a otra categoría de control que parece ser la loquen sus nidos, sino para que los humanos no se sienten
más importante por ser la que pasa más inadvertida. Como ni se tumben —actividades que perturban la imagen urba-
parte de este dispotif/policía/red de control, existen peque- na por considerarse económicamente improductivas o des-
ños detalles diseñados para limitar los usos y para limitar a cuidadas—. 26
determinados sujetos en el espacio público. El mobiliario Desde la implementación de la Llei de Civisme, el Ajun-
urbano es el ejemplo par excellence de estas pequeñas barre- tament ha puesto cada vez más trabas para colgar pública-
ras físicas tan bien diseñadas estéticamente y tan bien inte- mente todo tipo de objeto, señal, símbolo o cartel que pue-
gradas en el entorno, ya que no solo suelen interpelarnos da comunicar una imagen distinta a la escenificada en el
sino que también regulan nuestras actividades, nuestros iti- espacio público por los poderes oficiales. En el casco anti-
nerarios, nuestras posibilidades e incluso nuestras maneras guo, aunque todavía se puede encontrar “ruido” textual, se
de imaginar el entorno socio-urbano, todo ello sin que les han eliminado mobiliarios verticales y se ha cubierto la ma-
prestemos la menor atención. En la Barcelona de después yoría de las farolas con una pintura anti-adhesiva impercep-
de las Olimpiadas, los lugares públicos y gratuitos para sen- tible (Cedó). El organizador Daniel es consciente de estas
tarse, descansar o congregarse son cada vez más escasos. Así, trabas pero afirma que sería difícil que se multe a #fP por
#fP tiene que traer su propio mobiliario a la plaza. La ma- no tener entidad jurídica. Por lo tanto, los organizadores sí
yoría de los bancos tradicionales han sido remplazados por cuelgan algún poster públicamente aunque prefieren anun-
bancos divididos por reposabrazos y asientos individuales ciarse en las redes sociales y, como toque más personal, de-
clavados al suelo (Heeren). Las terrazas de los restaurantes, positar los anuncios impresos en los buzones privados de los
con sus mesas, sus sillas y sus toldos, atestan y usurpan pro-
25 La usurpación del espacio público por las terrazas es un problema que
ha sido ignorado por el Pla d'usos. Uno de los organizadores estimó que
cia en la época de la estetización, (la cual es también la de la deshisto- aproximadamente el 80% del espacio público en Ciutat Vella se emplea
rización): “La verdadera imagen del pasado transcurre rápidamente. Al para uso privado (Caldeiro).
pasado sólo puede retenérsele en cuanto imagen que relampaguea, para
nunca más ser vista, en el instante de su cognoscibilidad [. . . ] como re- 26 Para ver casos anti-sedentarios en Barcelona, véase mi blog: http://me-
lumbra en el instante de un peligro” (tesis 5 y 6). gansaltzman.blogspot.com/2013/08/dont-sit-here.html.
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015