Page 95 - Revista1
P. 95
1) La comodificación y privatización de la tierra, así como la the core rules will see their investors stampede away, inter-
expulsión forzosa del campesinado; 2) la transformación de di- est rate rise and stock market valuations fall” (“los gobier-
versas formas de derecho a la propiedad (común, colectiva, es- nos […] que se alejen demasiado de las reglas esenciales
tatal, etcétera) en derechos exclusivamente privados; 3) supre-
sión del acceso a lo común/compartido; 4) comercialización del verán a sus inversores huir en estampida, la tasa de interés
trabajo y la eliminación de formas alternativas de producción y elevarse y el valor de sus acciones derrumbarse”; 86-88). No
consumo; 5) procesos coloniales, neocoloniales e imperiales de en todas las culturas nacionales el neoliberalismo ha tenido
apropiación de bienes (incluidos los recursos naturales); 6) mo- la misma suerte y no en todas ha llegado a implantarse con
netarización del cambio y los impuestos […]; 7) el tráfico de es- un programa igual. Ahora bien, incluso en donde la música
clavos […]; 8) la usura, la deuda nacional y, con unos resultados
mucho más devastadores, el uso de sistemas de crédito como del neoliberalismo no ha sonado tan triunfal, su letra ha ido
medios radicales de acumulación primitiva. emplazándose como el sino inapelable de los tiempos. En
este proceso, instituciones supra-nacionales como la Orga-
El mismo Harvey resume estos puntos en cuatro manda- nización Mundial del Comercio, el Banco Mundial, el Ban-
mientos neo-liberales: privatización, financialización, ges- co Central Europeo y, sobre todo, el Fondo Monetario In-
tión/manipulación de crisis y redistribución en beneficio ternacional han tenido un rol protagónico.
del poder de clase (“Neoliberalism” 35-39). El neolibera- El proyecto neoliberal amerita, por ende, la máxima aten-
lismo entronca además con una tradición de pensamiento, ción… aunque única y exclusivamente si lo despojamos de
anglosajona en su gran mayoría (Locke, Smith, Stuart Mill), su aureola pionera y rectora. Se equivoca el tiro, cayendo en
que defiende el ideal utópico de “a liberal internationalism, un idealismo doctrinal y teoricista, si proponemos que una
based on visions of a single human race peacefully united escuela de pensamiento, con su epicentro en el medio-oes-
by free trade and common legal norms, led by states featur- te americano, decide dar un giro al porvenir del capitalis-
ing civic liberties and representative institutions” (“un libe- mo global, dando por finiquitado voluntariamente el key-
ralismo internacionalista, basado en la visión de una úni- nesianismo anterior e impulsando motu propio una era de
ca raza humana pacíficamente unida por el comercio libre nuevas relaciones laborales, actividades financieras e inten-
y normas legales compartidas, y guiada por estados defen- sificación capitalista. En realidad, el neoliberalismo es una
sores de libertades civiles e instituciones representativas”; respuesta a la crisis del capitalismo de posguerra y no el cau-
Gowan 79). Fue el propio Friedman quien (con una fran- sante de dicha crisis. No en balde, como argumentan Jai-
queza hoy envidiable) bautiza este realizable sueño utópico me Peck, Nik Theodore y Neil Brenner, se agrandan las vir-
“the Golden Straitjacket” (“la camisa de fuerza dorada”) y tudes del neoliberalismo al otorgarle una serie de objetivos
quien también advierte que, a pesar de que esta idílica cami- claros y unas estrategias precisas mediante las que lograrlos
sa de fuerza reduce las opciones políticas a “Pepsi or Coke” (267): “rather than expecting some pure, prototypical form
(cita literal), “governments […] which deviates too far from of neoliberalization to obtain across divergent contexts, we
94 95
Revist a de alces XXI Número 1 , 2013