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discursos que proponen. También se echa mano del azar, de feroces críticas al sector más intransigente del ecologismo
los choques entre partículas y del tablero de juegos. Así, en que tienen continuidad en la segunda parte del libro, donde
Nocilla Experience se habla de parchís por su simbolización utiliza el formato habitual en la narrativa de Fernández Ma-
del caos. En esencia, el mundo es como un gran tablero de llo, microtextos fragmentarios ordenados numéricamente.
juego, un experimento, tal y como demuestran sus persona- La crítica al ecologismo es contrastada con una serie de ele-
jes, todos experimentadores. Ahí radica la importante pre- mentos artificiales y tecnológicos: ordenadores, jardines de
sencia de lo científico, paradigma de la experimentación, en plástico o fotografías de sonidos. La parte final, construi-
el arranque del libro. También de la metáfora científica por da a base de retazos, se encuadra en un mundo claramente
pura coincidencia con otros conceptos. En ese tablero, la poshumanista, donde crecen árboles y raíces de plástico y
ciencia pretende introducir unas reglas del juego en el pla- el narrador está rodeado de elementos tecnológicos propios
no pero adscritas al azar (parchís vs. ajedrez). El autor trata de nuestra cotidianidad: tarjetas de crédito, ordenadores y
a la ciencia con una perspectiva no determinista de las co- basura. Tras páginas y páginas de luchar contra sí mismo,
sas que suceden en esa rayuela global. Se trata de una red el narrador decide escapar. La huida finaliza en formato de
dinámica de personajes, objetos y hasta del mismo autor, novela gráfica sobre una plataforma petrolífera, en la cual la
que colisionan entre ellos de forma inverosímil y se trans- versión ilustrada de Enrique Vila-Matas le cuenta al autor
miten información. El libro simboliza la interacción del au- historias sobre relojes y celdas cúbicas de hormigón, y don-
tor con el mundo una vez publicado su sueño, un elemento de los únicos elementos naturales que aparecen son el mar y
más en ese tablero dinámico mundial. De ahí la existencia una amenazante tormenta. Aquí nos enfrentamos a la esen-
de un clímax mucho más narrativo que en el caso de Noci- cia del escritor, su estructura íntima, como si de partículas
lla Dream, donde dos personajes se encuentran por casuali- elementales se tratara. Por eso el espacio en el que se desa-
dad en sus historias personales de búsqueda y dolor por las rrolla la acción es una isla, la isla interior del autor de la que
necesidades formales del texto. acaba huyendo.
Finalmente, Nocilla Lab tiene una estructura más lineal. Por lo que respecta a la última obra narrativa de Fernán-
En ella el autor intenta profundizar en su yo interior para dez Mallo, El hacedor (de Borges), Remake, podemos hacer
luego disgregarse. La novela está plagada de referencias a la un comentario similar aunque no igual. El texto es triste-
física atómica y a las partículas elementales desde la cita ini- mente célebre por utilizar la misma estructura, con los mis-
cial. Se divide en tres partes. La primera está narrada de una mos títulos para relatos y poemas, que El hacedor, de Jorge
forma más convencional. Se utiliza un monólogo continuo Luis Borges, y haber sido raptada su edición por la viuda del
al estilo de Thomas Bernhard y se relata el pasado del autor escritor argentino por un conflicto con los derechos de au-
así como sus influencias, en un guiño a la cultura humanis- tor. Por tanto, no podemos decir que en este caso la ciencia
ta. Las referencias a la física de partículas se combinan con influya en la estructura del texto. Pero sí en su contenido.
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Revist a de alces XXI Número 1 , 2013