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En especial, en fragmentos como “Mutaciones”, Fernández   el positivo, que consiste en una fascinación estética por el

 Mallo replica en pequeño el Proyecto Nocilla al estar con-  hongo nuclear. Es decir, Fernández Mallo no obvia el dra-

 formado por tres textos en que podemos encontrar analo-  ma nuclear (primera posibilidad), ni la relación con el po-

 gías, donde la interacción con la tecnología a través de Goo-  der que conlleva (segunda posibilidad). Simplemente, deci-

 gle Maps y con la ciencia a partir de un recorrido por Ascó   de quedarse con la tercera posibilidad. Asume la existencia

 son más que evidentes.  del armamento nuclear como algo dado en la realidad que

 Cabe afirmar que el posicionamiento de Fernández Ma-  él habita, pero prefiere quedarse con su componente estéti-


 llo respecto a la tecnociencia es estético y atemporal. El in-  ca. Y esta es una decisión artística, de definición de su poé-

 dividuo no puede posicionarse ante una utilización positiva   tica, con un carácter entusiasta y siniestro al mismo tiempo.

 o negativa de la tecnología y la ciencia, y menos aún en lo  Esa decisión se hace más evidente en las dos primeras pági-

 que respecta a su interacción con el medio natural. Sus per-  nas de Nocilla Lab. Allí el autor inicia su relato transitando

 sonajes interactúan con los objetos ya existentes en el mun-  un lugar común en la narrativa mutante española como es

 do. Esta decisión artística define su poética como entusiasta  Chernóbil. Pero, en vez de regodearse en el drama del de-

 y siniestra al mismo tiempo. Así, en el parágrafo 22 de No-  sastre nuclear de la central en la figura de la víctima de la


 cilla Dream encontramos a Niels, un zoólogo danés que in-  tragedia que vuelve a visitar el lugar, Fernández Mallo deci-

 vestiga con perros enanos para desactivar minas antipersona  de alinearse con lo que podríamos definir sus espíritus afi-

 (51-52). El proyecto, siniestro de por sí, muestra que Fer-  nes: los solitarios, los “casos clínicos”, como afirma el autor

 nández Mallo no gira la cabeza ante las prácticas poco éticas  que los definía Cioran. Y, después de haber hecho explíci-

 de la ciencia. Cuando Niels resuelve el problema con ratas  to que existían otras posibilidades, como una literatura más

 del desierto gracias a otro personaje, Frank, contemplamos  costumbrista, o más concienciada de los peligros de la tec-

 la cara tragicómica de la ciencia. Sin embargo, en ningún  nociencia, vuelve a analogías entre ciencia y sociedad como

 momento se dice que las minas antipersona son producto  las que presentara en el fragmento 18 de Nocilla Experience

 del dinero que la ciencia invierte en la tecnociencia arma-  más arriba citado. Esa es la apuesta de Fernández Mallo con


 mentística. No, la perspectiva de Fernández Mallo es atem-  la tecnociencia, la de la atemporalidad del posmodernis-

 poral. Sus personajes interactúan con los objetos ya existen-  mo tardío, la de la fascinación estética y la asunción de su

 tes en el mundo. Esto se hace más evidente en el parágrafo  presencia pese a tratarse de un saber que puede ser terrible,

 67 del mismo libro, donde el autor nos presenta la imagen  como se observa en el fragmento 91 de Nocilla Dream cuan-

 de un japonés frente al hongo nuclear de Hiroshima pro-  do narra, de forma científica y a la vez poética, la muerte

 tegiéndose con un paraguas (Nocilla Dream 127-128). De  de un Ernesto Guevara ficticio que ha estado utilizando in-

 las tres posibilidades del destino del hombre ante la bomba  termitentemente en el texto (169). Esa poética es la que le


 (el negativo, el neutro y el positivo), el autor se decanta por  va a permitir construir su analogía perfecta entre el yo inte-






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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