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rior y las partículas elementales en la primera parte de Noci- especial la anglosajona. Sin embargo, a diferencia de las pri-
lla Lab. Y la que le lleva a considerar que algunos enuncia- meras tentativas, el componente político, que pretendía re-
dos de la ciencia son poéticos e inalterables por encima de formar el Estado a partir de los valores científicos, brilla por
lo humano, como cuando afirma: “el peso y la masa son co- su ausencia en los autores tratados. Esto se debe en buena
sas tan importantes que ni la muerte las anula” (Nocilla Lab medida, al menos en dos de los tres casos (Sierra y Ferré), a
45). Juicio que sobreviviría a un mundo posthumano. que el modelo de actualización utilizado (la narrativa pos-
Se trata sin duda de un innovador, pues pretende la nove- moderna anglosajona) ha desarrollado un discurso crítico
dad al narrar, ya desde sus postulados teóricos. En cuanto a con la ciencia y la tecnología de su época, alejándolo de vi-
las influencias, apenas si la narrativa posmoderna norteame- siones idealizadas. Lo que lleva a la reflexión de que el siste-
ricana le afecta, y eso es fundamental para comprender por ma capitalista se ha transformado de tal forma que su crítica
qué no construye un discurso crítico con la tecnociencia. Es no puede hacerse ya desde una posición afín a la ciencia y
mucho más evidente la huella del pensamiento posmoder- considerada en el pasado como progresista, sino que deben
no europeo y la de autores y movimientos que influyeron a incluirse modelos analíticos más complejos, capaces de juz-
otros renovadores mencionados aquí, como Cortázar o las gar el entorno tecnocientífico y sus relaciones con la econo-
vanguardias históricas, y por eso y por su distanciamien- mía capitalista desde una mirada crítica.
to voluntario de toda crítica social, podría entroncarse con El tercero de los casos, el de Fernández Mallo, se aleja de
Guelbenzu. Por otro lado, su afán innovador y su fascina- todo posicionamiento político por planteamientos estéti-
ción por la cultura pop norteamericana lo emparentan con cos y filosóficos relacionados con el posmodernismo teórico
el colectivo “novaexpressión”. Desde luego, está muy aleja- tardío. Sin embargo, en el caso español peninsular se obser-
do de la crítica a la Big Science posmoderna. Si la menciona, va que la separación entre innovación y crítica social siem-
lo hace a título descriptivo y presentista, no crítico. pre lleva al acriticismo. En este sentido, Fernández Mallo es
el más claro ejemplo actual, pero esto ya sucedía en la obra
Conclusión de Guelbenzu también por razones estéticas aunque distin-
Analizados los precedentes históricos de la influencia de la tas (aquel pretendía distanciarse de la corriente denomina-
ciencia en la literatura española peninsular y los casos de da realismo social y este pretende forjar una estética propia).
tres escritores españoles considerados mutantes por la críti- Los tres ejemplos tratados en este artículo y sus posicio-
ca, podemos afirmar que la presencia de lo científico en la namientos estéticos y éticos pueden explicarse por tanto a
narrativa española del siglo XXI se debe en buena medida partir de las tradiciones de la literatura española, si a estas
a razones de actualización de estéticas y temas literarios, si- añadimos la comunicación entre la literatura peninsular y la
guiendo estrategias parecidas a escritores precedentes, como latinoamericana (como se observa por la influencia de Bor-
la introducción de grandes figuras de otras tradiciones, en ges y Cortázar), y la interacción que esta literatura tiene con
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Revist a de alces XXI Número 1 , 2013