Page 522 - Revista1
P. 522

Así pues, desde el estado precario y la fuerza de resquebra-                                                               Ser antropomorfo,

         jamiento del recuerdo, como signo del olvido, la voz poéti-                                                                    deambuló erguido

         ca se adentra ahora en la cruel condición de una vejez inse-                                                                   en tiempo ya remoto.

         parable de la desgarradora experiencia de la desposesión y                                                                     La vida lo venció. (Goytisolo, Ardores 15)

         del extrañamiento. Los poemillas 2 y 3 penetran, pues, en

         lo más hondo de la “desmemoria” para alcanzar finalmen-                                                                 Situado en tránsito a punto de alcanzar el más allá, simple

         te la “consumación” —no ya amorosa, sino biológica, vital                                                               espectador y casi vestigio de su lenta “consumación”, como


         y existencial—. El amargo sentimiento interior de despose-                                                              mero ejemplar de una especie humana que parece sobrevi-

         sión de sí mismo, de lo que fue el yo y su vida, se ve como                                                             vir a sí misma, ese “ser antropomorfo” sin memoria es casi

         engullido por la irresistible potencia de absorbción del olvi-                                                          una imagen asombrosa de la nada. También es una estam-

         do, lo cual agudiza un fenómeno de vacío en un yo transfi-                                                              pa del terrible proceso de regresión y de constante pérdida

         gurado en sombra:                                                                                                       en que se convierte una vida abocada al incesante rito de la
                                                                                                                                 deshumanización y de la muerte. Podemos aquí, como vi-


                [...]                                                                                                            brante eco de ese poemilla, mencionar los versos del gran

                Ligero de equipaje                                                                                               poeta judío español de la época medieval, Moseh Ibn Ezra

                afrontarás la sima,                                                                                              (Antología poética 135):
                sombra ya de ti mismo

                en el punto final. (Goytisolo, Ardores 14)                                                                              ¿Qué puede el hombre esperar si no es la muerte

                                                                                                                                        con sus ojos fijos en el más allá,

             El olvido devorador —que tiene en la desmemoria una                                                                        como si el tiempo fuera el pastor,

         fiel servidora— parece ahuecar al yo acentuando el vértigo                                                                     la muerte el cuchillo


         del vacío original que va excavando sus huellas y surcos en                                                                    y la humanidad el cordero?

         la persona dejándola sin “fechas, lugares, nombres” (verso

         3). Por lo tanto, se lleva a cabo un cambio de pronombre,                                                               El más allá inherente a la muerte se contempla en el espe-

         en el poema 3, mediante la utilización de la tercera persona                                                            jo-tiempo de una lenta devastación unida a un ciclo vital,

         del singular como forma de nombrar la ausencia, la impo-                                                                ritual y cósmico cuyo fin reside en el polvo de la desparición

         sibilidad del reconocimiento y lo impersonal ya imantados                                                               y del caos. En el poema goytisoliano ese espejo cruel desnu-

         por una “consumación” radicalmente opuesta a la del se-                                                                 da al “ser antropomorfo” mostrándole el vacío original, el

         gundo poema de “Ardores”:                                                                                               desconocimiento de sí mismo y el permanente acecho de la
                                                                                                                                 muerte que no cesan de consolidar su labor en lo más ínti-



                Contempla en el espejo                                                                                           mo de la persona.
                un cuerpo que no es suyo.






      522                                                                                                                                                                                                                             523
                Revist a   de   alces   XXI                                                                                                                                                       Número  1 , 2013
   517   518   519   520   521   522   523   524   525   526   527