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jes de la novela de Bulgakov.  Si la vicepresidenta consigue                                                            forma en bruja, capaz de volar:
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         deshacerse de su cobardía, podrá afrontar con dignidad la

         tarea que le ha sido encomendada y a la que ha renunciado                                                                       Eran las doce de la noche cuando la vicepresidenta salió a la te-
                                                                                                                                        rraza tras haber hablado con Luciano por teléfono. Miraba a lo
         por mantenerse en el cargo, del mismo modo que el pro-                                                                         lejos y le parecía distinguir la comitiva de Voland, el oscuro ha-

         curador Pilatos mata a “Joshúa”, Jesús, por miedo a perder                                                                     cedor de El maestro y Margarita. Delante de todos, él, en su ca-

         el poder, por cobardía. Así, cuando Julia Montes, para ase-                                                                    ballo de tinieblas, […] Cuando un día vengáis a buscarme, os

         gurarse, cita un fragmento incompleto de la novela que ter-                                                                    pediré unas horas antes de partir. Y montaré mi escoba: ¡Mirad,


         mina el abogado, siente que ha topado con un interlocutor                                                                      ahí va la vice!, dirán desde la calle, y yo daré ese gusto a los que
                                                                                                                                        me llaman arpía, mandril, lechuza, nigromanta. ¡Mirad arriba,
         auténtico, el que se dirige a su intimidad, a lo recóndito. La                                                                 es la invitada del diablo! ¡Si ya lo decíamos nosotros: tras esa voz

         vicepresidenta, merced a su trato con “la flecha” empieza a                                                                    serena y esos colores en llamas había una mujer en el palo de

         escuchar a su dormida conciencia, encarnada en ese inter-                                                                      una escoba! (Gopegui, Acceso 278-279)

         locutor dispuesto a materializarla con los enunciados opor-                                                             Esta identificación entre la vicepresidenta y la bruja, es tam-

         tunos, con las informaciones precisas. Por eso es capaz de                                                              bién la conciencia feminista de que la mujer poderosa se

         imaginar lo que “la flecha” le diría:
                                                                                                                                 anatematiza en nuestra sociedad: “lo vengo sabiendo desde

                Realmente, no sé si soportaría dejarlo. Si unos intrusos intentan                                                mis tiempos de estudiante: libertad, fraternidad, les gustan,

                forzar la entrada de tu casa y tú eres capaz de estar ahí, sujetan-                                              son comodines, pero igualdad, ya sea entre sueldos o géne-
                do la puerta, impidiendo que pasen, no deben apartarte, no tie-                                                  ros, esa sí que no” (Gopegui, Acceso 279).

                ne sentido que te releguen a un cuarto a preparar el café mien-

                tras la puerta se va venciendo y finalmente cede.
                —¿quiénes son los intrusos?¿el pp?                                                                               7. Metáfora científica y lirismo

                Supuso que eso le habría preguntado la flecha. (Gopegui, Acce-                                                   El uso de lo que podríamos denominar “metáforas cientí-

                so 167-168)                                                                                                      ficas” es uno de los aspectos más originales que identifican


         Más adelante, transformada ya en una persona que ha “en-                                                                el estilo de la autora. A menudo plantea la visión metafóri-


         tregado”, renunciado, a su “mayor defecto”, la cobardía, es                                                             ca de principios o leyes físicas aplicadas a las relaciones hu-

         decir, cuando el miedo a perder el poder la ha abandonado,                                                              manas, a los sentimientos. La explicación científica, como

         se siente libre y poderosa, como el personaje de Margarita                                                              la literatura, requiere imaginación, un esfuerzo intelectual

         cuando ha decidido entregarse al diablo, Voland, y se trans-                                                            similar, porque ambas formas de conocimiento aspiran a la
                                                                                                                                 verdad, a descubrir la realidad más allá de lo aparente. Inter-



         3  En el cap.26, “El entierro”, de la novela El maestro y Margarita, es Pi-                                             textualidad y metáfora científica suponen dos procedimien-
         latos quien recuerda que Joshua, Jesús, había mencionado en dos oca-                                                    tos literarios que tratan de explicar la realidad, y, al tiempo,
         siones el “mayor defecto” como “la cobardía”, en las pág. 395 y 407, de                                                 ampliarla —ese “incremento” del que habla Gopegui al no-

         la edición citada.





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