Page 481 - Revista1
P. 481

conciencia propia integrado por un colectivo de individuos.   se en el sistema —el ordenador de la vicepresidenta— y al-

 Si el “coro” es el narratario en Lo real, la “Asamblea” tiene   terar el rumbo político que se marca desde el poder —des-

 su propia voz que sirve para valorar la acción narrativa de   pertando su conciencia—. Mas no quisiéramos acabar sin

 los personajes, mientras que en Acceso no autorizado la “fle-  mencionar un referente literario, más remoto, que nos ha

 cha” adquiere estatus de protagonista. Así, “la flecha” es esa   sugerido esa “flecha”: la novela de R.L. Stevenson, La flecha

 identidad anónima que el abogado decide no materializar   negra, en la que un grupo de forajidos conocidos como “la

 ante la vicepresidenta. Por eso puede funcionar como per-  flecha negra” secundan al protagonista en la venganza con-


 sonaje simbólico, ficticio, ideal en el que la vicepresidenta   tra su tutor, instigador de la muerte de su padre. Salvan-

 se reconoce. Constituye pues una conciencia moral que la   do las distancias, podemos percibir la “flecha” como movi-

 ayuda y la orienta. Y aunque el personaje literario más in-  miento que apoya y ayuda a la vicepresidenta a enfrentarse a

 mediato sería Pepito Grillo, probablemente la imagen que   su “tutor”, el presidente, cuando le reclama que apliquen las

 se nos ocurre es la que popularizó la película, V de vendetta,   políticas que prometieron y abandonen las estrategias que

 la de la máscara de un anarquista revolucionario, de la cual   cree que les permitirán mantenerse en el poder.

 se apropió el movimiento conocido como “Anonymous”.


 El correlato de esa “flecha” remite pues a, “una legión de   5. Temas

 ciberactivistas [que] se moviliza en la Red y dicen luchar   Una serie de temas conforman el universo narrativo de Go-

 por la transparencia, la libertad de expresión y los derechos   pegui: la alienación del trabajo, el dinero como valor social,

 humanos. No muestran la cara ni tienen líderes”. (Elola).    el desencanto de la izquierda, la posibilidad de acción polí-
 2
 Por eso Eduardo, el abogado, no pide ayuda, ya que nada   tica, la función de la literatura…. La conciencia individual

 espera del poder; ni revela su identidad, porque no es uno   no puede desligarse del papel que se nos asigna en sociedad,

 sino que representa a muchos. Y también por eso pide a sus   de nuestra participación económica en forma de trabajo, en

 amigos que le sustituyan cuando él no esté, porque la “fle-  el caso de la mayoría, porque la mayoría formamos parte de

 cha”, “Anonymous” representa a un colectivo. Por supues-  las llamadas clases medias o simplemente clase trabajadora.


 to, el argumento de la historia propicia que éste sea el re-  Sin embargo, el sistema económico capitalista asigna un va-

 ferente, no literario, porque al fin y al cabo trata de cómo   lor de cambio social al dinero, no al trabajo. He aquí la con-

 individuos corrientes, ciudadanos anónimos, organizan su   tradicción. No somos según trabajamos, sino según el dine-

 descontento y comparten su conocimiento para introducir-  ro que tenemos, porque en realidad es el valor más preciado


         en una sociedad que se rige por la economía de mercado,

 2  El mismo Elola relaciona al movimiento “libertario y de contornos   como admite Crisma: “Los putos ricos son libres, es lo que
 confusos” con Wikileaks, la página que persigue difundir información
 considerada confidencial por los gobiernos con el propósito de reclamar   más me jode. Los putos ricos inspiran admiración porque

 mayor transparencia en la gestión.  se pueden permitir jugársela, decir que no, dejar un traba-





 480                                                                                                          481
 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
   476   477   478   479   480   481   482   483   484   485   486