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Hijas del viento  convoca,  en  una  misma  unidad  espa-                                                           personajes, ya que el título tampoco resulta revelador del es-

         cio-temporal, todos los lugares y todas las guerras moder-                                                              pacio propuesto.

         nas mediatizadas. En este contexto, la palabra no solamen-                                                                  La obra, que consta de cuatro escenas o momentos bien

         te se enfrenta a la imagen, sino que la corrige y la actualiza.                                                         diferenciados, gira en torno a un espacio agobiante, “rodea-

             Herida, pieza breve originalmente publicada en 2001,                                                                do de imágenes cadavéricas” (22) que obsesionan a la prota-
                                                                                                                8

         presenta una didascalia explícita más compleja y ambigua                                                                gonista. Sin embargo, dado que las imágenes evocadas están

         que conviene citar enteramente:                                                                                         ausentes físicamente de la escena, se abre una fisura entre

                                                                                                                                 lo que ve el personaje y lo que puede percibir el espectador.

                ESPACIO. En la sala de los Desastres de la Guerra de Goya.                                                       Este fenómeno guarda relación con el de la ticoscopía —re-

                Museo del Prado. Para reseñar la atmósfera de la pinacoteca su-                                                  lato que da cuenta de lo que el personaje ve fuera de escena
                gerimos un espacio completamente vacío, suelos blancos y un                                                      y que queda vedado a los ojos del espectador—. Un ejem-

                cubo de latón en el que cae una gotera monótona y obsesiva. Se                                                   plo paradigmático por la concentración expresiva del fenó-

                puede añadir arena o serrín alrededor del cubo para darle una
                connotación más realista.                                                                                        meno se encuentra en El castigo sin venganza : Duque—.

                La escena podría realizarse, de igual forma, en una morgue. La                                                   Aquí lo veré, ya llega ; ya con la punta la pasa. Ejecute mi

                                                                                                                                                                                                          9
                sugerencia del espacio escénico no variaría.                                                                     justicia / quien ejecutó mi infamia (172).  A diferencia del
                                                                                                                                 recurso barroco, en Herida los personajes hacen referencia

                TIEMPO. El diálogo comienza pocos minutos antes del cierre                                                       a objetos altamente connotados y sofisticados en un esce-

                del Museo. O de la morgue. (20)                                                                                  nario prácticamente vacío. El decorado verbal —sugerido,

                                                                                                                                 nunca explícito— amplía los límites del espacio, ya que, en

             Los recursos sugeridos para representar la sala de los De-                                                          ausencia de elementos referenciales, podrán multiplicarse

         sastres del Museo del Prado son diametralmente opuestos a                                                               los lugares —museo, morgue— pero también el íntimo e

         cualquier tipo de representación realista. Más que de espa-                                                             intrincado espacio psicológico de los personajes en donde

         cio, se trata de recrear una atmósfera, algo así como lo que                                                            repercuten sus palabras.


         queda de un lugar cuando se despoja de su materialidad.                                                                     El antagonismo de los protagonistas se afirma desde las

         La presencia concreta, aunque austera, de una gotera y del                                                              primeras réplicas a través de las apreciaciones visuales opues-

         cubo de latón ocupará un espacio, como la silla en la míni-                                                             tas:

         ma escenografía de Hijas del viento, que la obra irá llenando

         de sentido. Evidentemente, el espectador tendrá que dejarse                                                                    GRESCA: Sácame de aquí, por lo que más quieras.

         guiar por el ambiguo decorado verbal que manipularán los                                                                       ARMANDO: Es extraño. ¿No te gusta ser una espectadora de





         8  La primera edición tuvo lugar en la Revista Art Teatral No. 15 (2001),                                               9  Véase igualmente Al lado, de José Sanchis Sinisterra (27-32), obra bre-
         55-58.                                                                                                                  ve enteramente construida sobre el fenómeno de la ticoscopía.




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                Revist a   de   alces   XXI                                                                                                                                                       Número  1 , 2013
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