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buen o mal empleo de las técnicas escenográficas modernas,   guerra y la guerra de las palabras; pone en escena tres per-

 atenderemos, siguiendo algunas huellas del tratamiento vi-  sonajes: una Mujer, una Mujer sin Bando y un Coro de Jó-

 sual de la palabra en el teatro barroco, a la palabra dramáti-  venes Reaccionarios —cuyos rostros están escondidos tras

 ca practicada en el siglo XXI como fuente privilegiada para   unos periódicos tabloides— en un escenario mínimo y des-

 pensar otras maneras de lo visible.   pojado. La didascalia es explícita: “Una silla de madera en

 Los aspectos que deseamos sacar a la luz en este trabajo   el centro del escenario. Una silla vacía. Iluminada. Silencio.”

 necesitan ser ilustrados con ejemplos variados que cubran   (13).  La articulación del tema de las víctimas civiles de una
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 una amplia paleta de modalidades en torno a la palabra para   guerra —no hay prácticamente acción en el sentido clási-

 ver el escenario. Por cuestiones de espacio, hemos optado   co del término— reposa en dos espacios simultáneos pero

 en recurrir a ejemplos con carácter explicativo y no exhaus-  diferentes, denominados con los deícticos aquí y allí. La

 tivo. Nos concentraremos, para ello, en dos piezas breves de   guerra —los muertos, la sangre, la miseria, tiene lugar allí,

 Itziar Pascual y en una más extensa de Juan Mayorga, au-  desde donde habla la Mujer sin Bando. La guerra de las pa-

 tores ambos que trabajan la palabra a partir de escenarios   labras, con su lote de propaganda, de negocio y de difusión

 muy acotados y cuyas obras revelan continuidad —y nue-  de imágenes, tiene lugar aquí, donde se encuentran la Mu-


 vas perspectivas— con las antiguas técnicas del llamado de-  jer y el Coro de Jóvenes Reaccionarios. Como en el teatro

 corado verbal.     calderoniano, los deícticos delimitan los lugares de la ac-
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         ción y organizan los movimientos (Arellano 422). Ignacio

 El escenario y la palabra de Itziar Pascual  Arellano señala, además, la repartición bimembre del esce-


 Hijas del viento (escrita en 2005) forma parte de un con-  nario en el teatro de Calderón, favorecido por la formula-

 junto de obras cortas que apuestan por el valor de la pa-  ción sintáctica del texto (423). Esta pieza breve saca partido

 labra para transformar y releer la realidad. Los personajes   de esta técnica clásica distribuyendo, por un lado, la Mujer

 femeninos son el centro de gravitación de una docena de   rodeada por el Coro de Jóvenes Reaccionarios, por el otro,

 obras que, de cara a la actualidad, denuncian, muestran y   la Mujer sin Bando, sola; en medio, la silla vacía iluminada

 demuestran realidades manipuladas y, como heroínas anti-  —que, como veremos, tendrá un valor metafórico impor-


 guas, reclaman justicia a la sociedad que las está viendo y   tante—.

 escuchando.   Así como no hay prácticamente acción, la obra carece del

 Hijas del viento es una obra breve sobre las palabras de la   tradicional intercambio de réplicas. Sin embargo, las inter-

         venciones de los personajes están perfectamente ritmadas

 4  Para una reseña somera de la labor creativa de estos dos autores con-
 súltense  los  siguientes  enlaces:  http://www.cervantesvirtual.com/bib/  5  No nos detendremos, por cuestiones de espacio y de tema, en la espe-

 portal/aat/Itziar/index.shtml y http://parnaseo.uv.es/ars/autores/mayor-  cificidad de las didascalias. Consúltense los trabajos de Martínez Tho-
 ga/indexmayorga.htm  mas y de Fix y Toudoire-Surlapierre.





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