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cia cotidiana del súbdito y la obediencia abstracta al rey —  raria y visualmente la imaginación del súbdito. De hecho,

 abstracta por oposición a la relación personal y directa que   el vínculo de naturaleza —que es la nueva relación que une

 unía al vasallo con su señor en el medievo—. Visto de otra   al súbdito con el monarca— es, en su idealidad, una rela-

 manera, el alargamiento en el espacio y prolongación en el   ción imaginada entre entidades abstractas que habitan un

 tiempo de las redes de interacción que unen al súbdito con   espacio —una comunidad, una república, un reino— igual-


 el monarca produce, a manera de consecuencia no prevista,   mente imaginado. Se puede afirmar, por tanto, que la cons-

 un opacamiento de la estructura de poder realmente exis-  titución de los campos literario y artístico fue inseparable

 tente en la sociedad. La razón de ello es que la relación de   del proceso de centralización del poder político-económi-

 sujeción deja de ser inmediatamente perceptible en las ac-  co en el estado absolutista. La esfera pública absolutista no

 tividades cotidianas. En estas condiciones, la corona desa-  fue otra cosa que la intrínseca dimensión cultural del poder

 rrollará nuevos instrumentos de visibilidad pública con el   político-económico concentrado en el estado monárquico.

 objeto de producir un cierto efecto de omnipresencia de la   En estas condiciones no tiene mucho sentido hablar de

 autoridad política; instrumentos que terminarán por cons-  la autonomía de la cultura. Con ello no quiero decir que la

 tituir la esfera pública de la primera modernidad.  literatura y el arte fueran mera propaganda, el fenómeno es


 El objetivo de esta esfera pública será expresar la posición   mucho más complejo: tuvieron una aplicación tremenda-

 privilegiada del rey y de la nobleza mediante una represen-  mente constructiva que se puede deducir de los fenómenos

 tación pública de su estatus social, y, en particular, median-  históricos de naturaleza social y psicológica introducidos en

 te una representación del poder absoluto del rey ante todos   los últimos párrafos. Especifico a continuación aquellos que

 los súbditos, sean nobles o plebeyos. Ahora bien, dejando   me parecen más relevantes para este trabajo.

 a un lado la compleja evolución de los instrumentos de re-  Constitución de la corte real. Las cortes fueron centros de

 presentación a lo largo de la primera modernidad, lo que se   homogeneización de la conducta, lengua y cultura nobilia-


 puede concluir es que el desarrollo de los vínculos abstrac-  rias y, también, potentes focos de irradiación cultural diri-

 tos entre poder y súbdito crea la necesidad de elaborar unas   gida al resto de la sociedad. Sin la literatura y el arte cor-

 relaciones imaginarias entre los dos polos de la dominación   tesanos todo esto no hubiera sido posible. Además, con la

 política. Podríamos decir que el contacto personal típico de   formación del entramado cortesano, la clase dirigente bus-

 la relación de vasallaje se ve sustituido por una acción a dis-  cará proyectarse como una aristocracia, y el absolutismo,

 tancia, es decir, por un uso sistemático de las representacio-  por tanto, como un gobierno de los mejores. En la labor de

 nes, gracias a la capacidad que tienen los signos para hacer   construcción de esta aristocracia fue vital la intervención de

 presente lo que está ausente. Con otras palabras, un obje-  los escritores cortesanos —muchos de ellos de origen ple-

 tivo primario de la esfera pública absolutista será convertir   beyo—, pues insistentemente apelaron a criterios de sabi-


 distancia en inmediatez, y ello fue posible colonizando lite-  duría, mérito y desinterés monetario para separar la comu-






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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