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política, como tema y como práctica, en sus vidas cotidia-

 nas. De ser válida esta tesis, el asunto a investigar no sería   * * *

 un muy impreciso silencio de la cultura o la pérdida de la   1. Puesto que mi tendencia espontánea es a politizar to-

 capacidad crítica de ciertos intelectuales de izquierda, sino   dos los órdenes de la vida, considero que cualquier propues-

 cómo se produjo la despolitización radical de la praxis coti-  ta que no distinga la intervención cultural de la intervención

 diana de los militantes y simpatizantes de izquierda.  Y, fi-  política se beneficiará enormemente si parte de un concep-
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 nalmente, si tenemos en cuenta que la despolitización de la   to de ‘cultura’ lo más amplio posible. Lo hemos podido ver


 cotidianeidad es una característica esencial de las llamadas   al comparar las preocupaciones de Sánchez Gordillo con las

 democracias liberales, lo más razonable a la hora de hablar   de Martínez, pues la perspectiva tendencialmente antropo-

 de la Transición es entenderla en clave de normalización o   lógica del primero determina que lo que está políticamente

 adaptación al status quo del contexto occidental —Estados   en juego abarque gran diversidad de prácticas, incluyendo

 Unidos y la Europa del mercado común—.  la comunicación mediata e inmediata y, asunto central, la

 Las observaciones introducidas por Sánchez Gordillo y   organización económica. Dicho de otro modo, una actitud

 Martínez en relación con nuestro propósito —qué debe-  ecuménica a la hora de pensar la cultura pone en entredi-


 mos entender por ‘intervención cultural’— se pueden or-  cho la tradicional separación entre lo público y lo privado,

 denar en torno a dos áreas de discusión que me permitirán   entre el estado y la sociedad civil; separación que es funcio-

 organizar el resto de la exposición:  nal cuando se persigue el circunscribir lo políticamente de-

         cidible a cada vez menos dimensiones de la realidad social.
 1. Sobre si es apropiado o no el diferenciar entre inter-
             Por otra parte, a primera vista se puede pensar que las
 vención cultural e intervención política.  posturas tipo cultural studies, con las que podemos asociar


 2. Sobre la función de la representación y de la co-  la intervención de Martínez se acercan a una visión totali-

 municación en el establecimiento de las comunidades   zante de la cultura. Empero, tal impresión inicial merece ser


 efectivas y de las imaginadas.  investigada, pues tiene sentido distinguir entre aquello de


         que se habla —por ejemplo, de lo divino y de lo humano—
 9  Los dos factores clave fueron, por un lado, la neutralización política
 de los movimientos sociales efectuada por los partidos de izquierda en su   y aquello que se hace —quizás nada más que hablar—. Y

 intento de ganar legitimidad institucional en el contexto de la segunda   para entender mejor lo que nos jugamos con esta distinción
 restauración borbónica y, por el otro, la coaptación y promoción cons-  entre el hacer y el decir vamos a examinar —a contraco-

 tante de tendencias culturales hedonistas —y, en general, de tendencias   rriente de algunas de las premisas y conclusiones del propio
 que limitan obsesivamente los proyectos de vida al ámbito de lo priva-
 dopersonal— por parte de instancias públicas y privadas, y cuyo efec-  autor— el análisis de Daniel Bell en torno a las supuestas

 to más determinante fue la constitución de la llamada movida cultural.   contradicciones culturales del capitalismo de posguerra.
 Esta explicación está desarrollada con mayor detalle en mi artículo reco-  Este publicista conservador, célebre por ser uno de los
 gido en la bibliografía.





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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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