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Como podemos colegir, el activista sevillano combina la taciones y discursos, o, con mayor precisión, los mensajes
noción de ideología como falsa conciencia con el poder es- de los media. Por ello, al ejemplificar lo que entiende por
tructurante que la interacción entre lo inmediato y lo me- cultura, menciona novelas, canciones, películas, artículos y
diato tiene en la vida de las personas; interacción que, hay editoriales periodísticos, programas (supongo que de radio
que recalcar, no sólo juega un papel central a la hora de des- y televisión), declaraciones, actuaciones políticas y leyes. Al
cribir la constitución de la experiencia cotidiana, sino que, incluir la comunicación política, nos las habemos con una
además, es clave para entender la manera en que las perso- noción de ‘cultura’ que desborda los límites habituales de
nas perciben tal experiencia. En definitiva, del planteamien- los campos artísticos y literarios. Aun así, muchos aspec-
to de Sánchez Gordillo podría desprenderse la conclusión tos de la realidad social no se incorporan a la discusión y,
de que se debe evitar —o, incluso, que no es viable— el de hecho, la versión de cultura utilizada es restrictiva si se
acomodamiento de las comunidades efectivas (el entorno la observa desde el punto de vista antropológico (formas y
inmediato de las personas) en las imaginadas (el entorno modos de vida). A este último detalle hay que añadir la si-
mediato). Pues bien, me apresuro a decir que tal perspecti- guiente reflexión: la lucha cultural de la que habla Martí-
va pecaría de voluntarismo extremo, dado que, en términos nez no tiene por objetivo inmediato y declarado el liberar
de cómo funciona la cotidianeidad en las condiciones pro- las mentes y los cuerpos de la gente, sino, en buena tradi-
pias de la modernidad, resulta difícil imaginar una forma de ción liberal, “someter el poder a control.” En el fondo, lo
vida asociada estrechamente a un sistema social complejo que está en juego en esta lucha cultural puede describirse
del que haya desaparecido el arbitraje de los medios de co- mejor en términos de conflictos entre los agentes que es-
municación de masas —y a los señalados por Sánchez Gor- tán habilitados y tienen medios para intervenir en la esfera
dillo, habría que incorporar las mediaciones en proceso de pública burguesa. De estos conflictos derivarían, a su vez,
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desarrollo de Internet—. los límites de lo discutible y, en definitiva, de la libertad de
Yendo ahora a la intervención de Guillem Martínez, en expresión (11). No obstante, llama poderosamente la aten-
principio debemos anotar que hay puntos de contacto con ción que en una esfera pública que descansa en gran medi-
lo que preocupa a Sánchez Gordillo, ya que la cultura se da en la intervención de los medios privados, se insista en
presenta como un “campo de batalla” y la propia interven- que el poder determinante de los límites de la cultura sea el
ción del autor, como una “herramienta” que se ofrece para
la lucha (15, 11). Sin embargo, el mundo en el que se mue- 7
La categoría es de Jürgen Habermas y la desarrolla en el texto incluido
ve Martínez es disimilar y la lucha, aunque no incompati- en la bibliografía. Creo que es una categoría útil siempre y cuando se ex-
ble, es muy otra. plique qué se quiere decir al incorporar el adjetivo ‘burguesa’ a la expre-
Específicamente, lo que interesa a este autor —que es pe- sión. Para mí, quiere decir ‘de la sociedad capitalista o de mercado.’ En
riodista— no es otra cosa que la circulación de represen- la actualidad, la esfera pública de la sociedad de mercado es una esfera
de comunicación dominada por los media privados.
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Revist a de alces XXI Número 1 , 2013