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menos frecuente en la vida real—. Este tipo de humor cruel ridícula en la que cada uno habla un idioma y no entiende lo
sorprende nuestras expectativas, genera una incongruencia que dicen los demás, puede que ese humor lo encuentre de
entre lo trágico de una situación y la manera cómica de na- mal gusto porque considere que hay razones para reírse de la
rrarla, que nos impide repantigarnos cómodamente en nues- Iglesia pero no de las heroicas Brigadas. Ofender al enemigo
tras emociones más someras. es divertido, pero la diversión se vuelve mucho más intere-
Si el humor que se ríe del dolor de los personajes es inte- sante y fructífera cuando ofendes a tus amigos o correligio-
resante, más aún lo es el que se ríe del dolor de los lectores, narios, cuando po nes en tela de juicio los hábitos y dogmas
o las dos cosas a la vez; ridiculizar nuestra compasión es po- de tu propio grupo.
ner en tela de juicio los motivos de ésta. Luis Martín-Santos Se podría decir que todos los ejemplos que he dado tie-
era socialista, sus amigos y probables lectores sin duda se ins- nen como rasgo común la exageración, y es frecuente que se
cribirían también en la izquierda; sin embargo él en su no- opine que el humor deforma la realidad. Pero es una defor-
vela no hace a los pobres o los proletarios más simpáticos, mación que, como en la caricatura, destaca tal o cual rasgo
ni más humanos, ni más solidarios, se niega a permitirnos para volverlo más visible. Los españoles estamos familiariza-
verter nuestras lagrimitas sobre ellos y pasar página. Rompe dos con la teoría del esperpento y sus espejos deformantes
cualquier posibilidad de empatía, los deja solos, y a nosotros que nos permiten descubrir rasgos que estaban ocultos. Cosa
también. que encaja, por cierto, con la teoría del humor según la cual
En una escena de mi novela La comedia salvaje un cura la risa ofrece una ventaja evolutiva: el ser humano, que no
se sube a una mesa y va mutilándose con una navaja mientras tiene garras ni grandes colmillos, que es un mamífero lento
cita ese pasaje de la Biblia en el que se dice: “más te vale en- y más bien enclenque, sobre todo si se trata de un espécimen
trar tuerto en el reino de los cielos que con los dos ojos en el intelectual, para sobrevivir está necesitado de reconocer con
de las tinieblas”, y entre cuchillada y cuchillada, descritas con toda rapidez patrones, esquemas estables, y cualquier des-
cierto detalle, hace una defensa filosófica y a la vez piadosa viación de ellos—reconocer la velocidad de un animal para
de la pederastia. Esta escena, que a mí me parece bastante calcular la trayectoria de la lanza; distinguir un movimien-
divertida, en la que juego con la incongruencia doble de pro- to anómalo en las hojas del bosque—. La risa, que provoca
nunciar un discurso filosófico mientras el orador se automu- sensaciones agradables, es el premio que nos da la naturaleza
tila y defendiendo lo inmoral mediante argumentos morales, para adiestrarnos a reconocer incongruencias, desviaciones
puede hacerle cierta gracia a un ateo —no demasiado me- de la norma; y el humor que actúa, supuestamente, median-
lindroso— y poca a un católico. Pero es posible que alguien te la exageración, nos vuelve conscientes de la transgresión,
encuentre esto divertido y, unas pági nas más adelante, al leer pero también de la norma a la que alude. Nos hace recono-
una escena en la que varios miembros de las Brigadas Inter- cer rasgos que estaban ocultos. Si la escena de Martín Santos
nacionales son masacrados en las trincheras en una situación tiene gracia es porque conocemos a esas mujeres aunque no
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Revist a de alces XXI Número 0 , 2012