Page 373 - Revista0
P. 373

menos frecuente en la vida real—. Este tipo de humor cruel   ridícula en la que cada uno habla un idioma y no entiende lo

 sorprende nuestras expectativas, genera una incongruencia   que dicen los demás, puede que ese humor lo encuentre de

 entre lo trágico de una situación y la manera cómica de na-  mal gusto porque considere que hay razones para reírse de la

 rrarla, que nos impide repantigarnos cómodamente en nues-  Iglesia pero no de las heroicas Brigadas. Ofender al enemigo

 tras emociones más someras.   es divertido, pero la diversión se vuelve mucho más intere-

 Si el humor que se ríe del dolor de los personajes es inte-  sante y fructífera cuando ofendes a tus amigos o correligio-

 resante, más aún lo es el que se ríe del dolor de los lectores,   narios, cuando po nes en tela de juicio los hábitos y dogmas


 o las dos cosas a la vez; ridiculizar nuestra compasión es po-  de tu propio grupo.

 ner en tela de juicio los motivos de ésta. Luis Martín-Santos   Se podría decir que todos los ejemplos que he dado tie-

 era socialista, sus amigos y probables lectores sin duda se ins-  nen como rasgo común la exageración, y es frecuente que se

 cribirían también en la izquierda; sin embargo él en su no-  opine que el humor deforma la realidad. Pero es una defor-

 vela no hace a los pobres o los proletarios más simpáticos,   mación que, como en la caricatura, destaca tal o cual rasgo

 ni más humanos, ni más solidarios, se niega a permitirnos   para volverlo más visible. Los españoles estamos familiariza-

 verter nuestras lagrimitas sobre ellos y pasar página. Rompe   dos con la teoría del esperpento y sus espejos deformantes


 cualquier posibilidad de empatía, los deja solos, y a nosotros   que nos permiten descubrir rasgos que estaban ocultos. Cosa

 también.   que encaja, por cierto, con la teoría del humor según la cual

 En una escena de mi novela La comedia salvaje un cura   la risa ofrece una ventaja evolutiva: el ser humano, que no

 se sube a una mesa y va mutilándose con una navaja mientras   tiene garras ni grandes colmillos, que es un mamífero lento

 cita ese pasaje de la Biblia en el que se dice: “más te vale en-  y más bien enclenque, sobre todo si se trata de un espécimen

 trar tuerto en el reino de los cielos que con los dos ojos en el   intelectual, para sobrevivir está necesitado de reconocer con

 de las tinieblas”, y entre cuchillada y cuchillada, descritas con   toda  rapidez  patrones, esquemas estables,  y cualquier des-

 cierto detalle, hace una defensa filosófica y a la vez piadosa   viación de ellos—reconocer la velocidad de un animal para

 de la pederastia. Esta escena, que a mí me parece bastante   calcular la trayectoria de la lanza; distinguir un movimien-


 divertida, en la que juego con la incongruencia doble de pro-  to anómalo en las hojas del bosque—. La risa, que provoca

 nunciar un discurso filosófico mientras el orador se automu-  sensaciones agradables, es el premio que nos da la naturaleza

 tila y defendiendo lo inmoral mediante argumentos morales,   para adiestrarnos a reconocer incongruencias, desviaciones

 puede hacerle cierta gracia a un ateo —no demasiado me-  de la norma; y el humor que actúa, supuestamente, median-

 lindroso— y poca a un católico. Pero es posible que alguien   te la exageración, nos vuelve conscientes de la transgresión,


 encuentre esto divertido y, unas pági nas más adelante, al leer   pero también de la norma a la que alude. Nos hace recono-
 una escena en la que varios miembros de las Brigadas Inter-  cer rasgos que estaban ocultos. Si la escena de Martín Santos


 nacionales son masacrados en las trincheras en una situación   tiene gracia es porque conocemos a esas mujeres aunque no






 372                                                                                                          373
 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  0 , 2012
   368   369   370   371   372   373   374   375   376   377   378