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terior un tratado de literatura, que no lleve implícita la acep permita luego, una vez ejecutado el show, pasar la gorra con
tación de unos modelos literarios y el rechazo de otros. Bien una cierta dignidad.
mirado, la escritura de ficción es un subgénero de la crítica lite Y aquí es donde radica mi dificultad para convertirme
raria. en crítico de mí mismo. Aunque más que hablar de dificul
Mi dificultad para convertirme en crítico de mí mismo tad, debería hablar de parálisis, de miedo a fracasar: porque
no viene por tanto de mi incapacidad para el desdobla en la tarea de hablar de mí mismo o fracaso como crítico y
miento, o de mis problemas para reflexionar sobre unos me confieso incapaz de encontrar en mi obra centros genera
textos que aunque fueron escritos por mí en algún mo dores de significado, líneas de fuerza, constantes ideológicas,
mento de mi vida, los leo ya como si fueran textos ajenos. influencias literarias, tópicos y universos particulares, o fra
La dificultad viene de otra parte, viene de la contradicción caso como escritor, como el escritor que yo querría ser, y me
que existe entre los principios que guían el trabajo del críti confieso incapaz de escribir, por mucho que presuma de ello,
co y los principios que guían mi tarea de escritor. Me expli un libro diferente cada vez. Y en estas estamos. Con este áni
co. Como crítico y profesor de literatura realizo un trabajo mo temeroso y fatalista, que da por seguro uno de los dos
integrador que consiste en sistematizar el conocimiento, en fracasos, me he puesto a redactar esta breve reflexión sobre
elaborar taxonomías más o menos artificiales y en enumerar eso tan solemne y rimbombante, y en mi caso tan breve, que
similitudes entre elementos aparentemente dispersos. Sin se llamaba obra literaria.
embargo, como escritor hago, o intento hacer, todo lo con Mi primera novela, Fabulosas narraciones por historias
trario: me disgrego todo lo que puedo, intento ser diferente (1996), cuenta la historia de una amistad, o más bien del fi
de un libro a otro, obedeciendo no al dictado de una poéti nal de una amistad, entre tres hombres que se conocen en la
ca, sino a la exigencia de mi propio aburrimiento. Así como Residencia de Estudiantes de Madrid a principios del siglo
hay colegas respetables, y a los que admiro, que escriben una XX, y que dejan de ser amigos al término de la Guerra Ci
y otra vez el mismo libro, yo trato de cambiar el disco cada vil. La trama argumental sirve, como indica el título, para
cuatro o cinco años, que es lo que tardo en escribir una nue reflexionar sobre la naturaleza ficcional del discurso históri
va novela. Mis obsesiones de escritor me aburren de un libro co, sobre la verdad, sobre la mentira, y sobre todo sobre la
para otro, y más que terminar novelas lo que hago es divor mentira con apariencia de verdad y sobre la verdad con as
ciarme de ellas, y escribir cada vez un libro diferente que me pecto de ficción. Los protagonistas imaginarios se mezclan
haga olvidar la mala vida que me dio el anterior. No me veo con personajes que existieron en verdad y que se comportan
yo como esos escritores que vuelven una y otra vez a su uni en la novela como criaturas de ficción, haciendo cosas que
verso y a sus fantasmas, sino más bien como un saltimbanqui no hicieron nunca y pronunciando palabras que no me cons
que regresa cada año a las fiestas del pueblo con un reper ta que pronunciaran jamás. La narración es interrumpida
torio renovado, un repertorio diferente y trabajado que me periódicamente por citas textuales de la prensa de la época
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Revist a de alces XXI Número 0 , 2012