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ÍNDICE                     P á gina web del autor                           Descarg ar PDF







                                                                                                                                 Desengaño y literatura




                                                                                                                                 Antonio Orejudo
























                                                                                                                                            e piden que me desdoble en crítico y escritor y que

                                                                                                                                 Mcomo  crítico  haga  conmigo  lo  contrario  de  lo  que

                                                                                                                                 hago como escritor. Desdoblarme no me resulta com plica­

                                                                                                                                 do. Todos los escritores llevamos un crítico dentro. O debe­

                                                                                                                                 ríamos llevarlo. Quien más quien menos, todos los escrito­


                                                                                                                                 res somos capaces de amordazar cuando llega el momento

                                                                                                                                 al gamberrete  consentido que  escribe  nuestras novelas y

                                                                                                                                 de convertirnos en el crítico exigente y castrador que pone

                                                                                                                                 límites a los excesos del creador malcriado. En mi caso este

                                                                                                                                 desdoblamiento resulta, si cabe, más sencillo porque mi ver­

                                                                                                                                 dadera pro fesión, la que aparece consignada en mi pasapor­

                                                                                                                                 te, no es la de escritor, sino la de crítico literario y profesor

                                                                                                                                 de literatura. Para mí, el tránsito de la creación a la crítica es

                                                                                                                                 un movimiento natural, dos caras de una misma moneda. Si


                                                                                                                                 dentro de cada crítico, como se dice habitualmente, hay un

                                                                                                                                 escritor frustrado, no es menos cierto que dentro de cada es­

                                                                                                                                 critor hay, o debería haber, un crítico activo. No hay novela,

                                                                                                                                 por comercial y escapista que sea, que no contenga en su in­











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