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te, y para cualificar la valoración que Azaña hace de Orte-  reafirmaran en la esfera política las diferencias derivadas de

 ga, es necesario destacar que la influencia de este último fue   la desigual repartición de los capitales económico y cultural.

 mucho más determinante de lo que su aparente galimatías   Eliminado el principio democrático de la esfera política con la

 profético podría hacer pensar. Por ejemplo, Ortega se em-  destrucción de la República, la intervención cultural propia-

 pleó a fondo para des legitimar la República en los ambien-  mente liberal  podía reconfigurarse para seguir desarrollan-

 tes intelectuales y estudiantiles; también, obstaculizó la con-  do, bajo las nuevas condiciones, su función última: facilitar el

 fluencia entre intelectuales y clases trabajadoras y, por tanto,   con sentimiento de los ciudadanos a una sociedad regida por


 la constitución, por decirlo con Antonio Gramsci, de una   el poder de mercado. Pues bien, en esa labor de reconfigura-

 cultura integral que hubiera facilitado la formación de éli-  ción, al profesor de ética José Luis L. Aranguren le tocó

 tes al tiempo que elevado el nivel cultural de las masas;    jugar un papel central. 20
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 participó en la constitución del Frente Español, precedente   Me voy a centrar en un artículo que tuvo gran impac-

 del partido fascista Falange Española; y, para no extender-  to en su momento: “La evolución espiritual de los intelec-

 nos demasiado, cuando estalló la guerra, no sólo apoyó a los   tuales españoles en la emigración,” ya que es un ejemplo pri-

 golpistas sino que, incluso, a la altura de 1938, coincidien-  merizo de la ideología del consenso, ese tropo que cumplió


 do con una de las ediciones de La rebelión de las masas, co-  tan relevante papel durante la Transición y años posteriores.

 menzó a colaborar con los servicios de propaganda de los    Pero, antes de entrar en ello, esbozaré, con la ayuda del pro-

 fascistas españoles.  fesor de filosofía Francisco Vázquez García, las líneas de

         continuidad entre Ortega y la España de la Transición, ya

 José Luis L. Aranguren: Cultura terapéutica  que es muy probable que la influencia más significati-


         va de Aranguren haya sido justamente la de facilitar la
 En la España de 1953 ya no era necesario proyectar los “prin-  continui dad del culturalismo liberal.

 cipios de la cultura” sobre la esfera política si el objetivo era   Aranguren se presenta a sí mismo como un heredero del

 abogar, a la manera de Ortega, por criterios meritocráticos que   krausismo y de la escuela de Ortega; en este último caso “por


         su descendencia directa de los católicos orteguianos como

         Zubiri y Marías” (Vázquez 169). Otro dato de interés es
 19  Consultar Martínez Lorca (221). Por otro lado, a pesar de los afanes   que, después de ganar en 1955 una cátedra de filosofía (éti-

 pedagógicos de Ortega, estos no iban más allá de un intento de influir

 en las élites y los expertos, y tengo la sensación de que nunca se interesó   ca) en la Universidad Complutense, su relevancia pública se

 realmente en la resolución de los graves problemas de analfabetismo que
 aquejaban a la sociedad española en los años en que se concentra su acti-

 vidad pública. Por ejemplo, en 1930 todavía cerca del 43% de la pobla-  20  Para una introducción a la trayectoria de Aranguren se puede consul-
 ción española era analfabeta (Gabriel 202).  tar el artículo de González Cuevas.








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