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de los participantes en la rebelión pronuncie un juicio cu­  francés que, a pesar de ser dolorosa y destructiva, le conduce

 yas resonancias pueden extenderse hasta el presente: “Por un   finalmente a una posición personal de lucidez y ecuanimidad

 momento parecíamos una nación… Una nación orgullosa e   de la que carecen muchos otros españoles que supuestamen­

 indomable” (Un día de cólera 394).   te salieron invictos del conflicto. Esa es su victoria personal.

 Javier Cercas en Soldados de Salamina hace un plantea­  Sánchez Mazas, por el contrario, prevalece en el enfrenta­

 miento arriesgadamente renovador de uno de los referentes   miento de la guerra, pero la imagen que la textualidad pro­

 capitales de la historia nacional del siglo XX: la Guerra Civil   yecta de él no es la de un vencedor sino la de un hombre


 de 1936. El propósito que subyace el texto es proponer una   acosado durante la guerra en Cataluña y cuya supervivencia

 visión de ese acontecimiento histórico central no solo como   personal queda a merced de la benevolencia de sus enemigos.

 un conflicto entre los sistemas ideológicos determinantes en   Concluida la contienda, la narración destaca los compo­

 la época sino sobre todo como un episodio que tuvo efec­  nentes de la trayectoria de Sánchez Mazas que suponen para

 tos devastadores para la creación de un contexto nacional   él una derrota ideológica y profesional que paradójicamen­

 cimentado en la convivencia y el intercambio de posiciones   te está provocada por el mismo sistema que Sánchez Mazas

 ideológicas diversas. Al final de la guerra civil prevaleció la   contribuyó a instaurar. Miralles se proyecta como un héroe


 ideología del franquismo que actuó como un vencedor im­  ejemplar mientras que Sánchez Mazas aparece como la vícti­

 placable, pero la novela mantiene que en ese acontecimiento

 trágico perdieron todos los españoles tanto los vencedores   ma de unas circunstancias que fueron en parte su responsa­

 como los vencidos ya que de esa guerra emer gió un marco   bilidad: “Dejó poco dinero y poca hacienda. Fue un escritor

 moral y social corrompido en el que no era posible la con­  malogrado… ganó la guerra y perdió la historia de la literatu­

 fianza mutua para el establecimiento de unas reglas de con­  ra… Hay poca gente que se acuerda de él, y quizá lo merece”

 vivencia consensuadas y aceptables de manera general. Esa es   (Soldados 140). La novela propone la reversión de la evalua­

 la razón de que el texto desarrolle una dialéctica dual exis­  ción de la historia por la que la victoria ética se produce pre­

 tencial, y no solo ideológica, que queda concretizada en Mi­  cisamente a partir de la vivencia de la marginación y el exilio


 ralles y Sánchez Mazas que representan dos posiciones de­  que la derrota produce en Miralles. En ambos casos la narra­

 cisivas del repertorio político de la época. Ambos, Miralles   ción hace evidente que tanto Miralles como Sánchez Mazas

 como vencido, y Sánchez Mazas como vencedor, sufren las   se vieron involucrados en un enfrentamiento que debería ha­

 consecuencias de una situación nacional que no debía haber   berse prevenido y que, de no haber ocurrido, hubiera hecho

 ocurrido y que la narración espera no vuelva a repetirse en la   posible una trayectoria colectiva más constructiva para todos

 historia nacional futura.   los españoles. La textualidad se configura como una invita­

 La narración destaca los componentes excepcionales de   ción a percibir la guerra civil no tanto desde la perspectiva


 la figura de Miralles en torno a su experiencia en el exilio   unilateral de uno de los dos bandos enfrentados sino retros­






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  0 , 2012
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