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to de la fugitividad, el cual se originó en unas aproximacio-  se enfoca en la migración y los desplazamientos masivos, y

 nes de Black Studies o Indigenous Studies en la academia   el segundo se orienta a varios casos de la justicia ambien-

 estadounidense (Campt; Martineau y Ritskes). Al analizar   tal en contextos ibéricos y latinoamericanos. Al conectarlos,


 las cripto-historias de cimarronaje (maroonage) los dos cam-  planteo que se entienden mejor unas prácticas centrales de

 pos de estudio han elaborado unas formas de resistencia   una ecopedagogía fugitiva a través de un proceso de polini-

 ante los regímenes imperiales, esclavistas y racistas (Harney   zación cruzada, el cual producirá un gesto descolonizador

 y Moten). En México, por ejemplo, Yanga, que escapó de la   en el centro del proyecto, exponiendo el extractivismo in-

 esclavitud en 1570, se reconoce como ‘el primer libertador   herente a la modernidad y escuchando a voces silenciadas


 de América’. Hoy en día, se necesitan estas prácticas de re-  por el discurso hegemónico.

 sistencia mientras nos enfrentamos a la amenaza futura —y

 actual— del apartheid climático, en el cual sólo los más pri-  III. Lo fugitivo del extractivismo

 vilegiados podrán huir del desastre. En 2019, el relator de   A lo largo del curso de migración y desplazamiento, me in-


 la ONU en temas de pobreza extrema y derechos humanos   teresaron las palabras en sí —refugiado, fugitivo y refugio—

 Philip Alston observaba:   y cómo todas tienen que ver con la palabra en latín, fuga,


         la cual puede referirse a la pieza musical y al acto de huir.

         Hay dos verbos que nos dan distintas formas de la fuga: fu-


 Un exceso de confianza en el sector privado podría llevar a un es-  gare (perseguir) y fugere (huir). Psicológicamente, un estado
 cenario de apartheid climático en el que los ricos pagan para es-  de fuga implica una pérdida totalizadora de una identidad

 capar del sobrecalentamiento, el hambre y los conflictos, mien-  personal. A través de la técnica llamada el contrapunto, las

 tras que el resto del mundo tiene que sufrir. (citado en “Hacia   fugas de Bach incorporan estos dos modos cuando las va-

 el apartheid”)
         riaciones persiguen la melodía mientras la melodía misma


         huye y paulatinamente desaparece dentro de las variacio-

         nes. En la escritura, un contrapunteo se refiere a las polémi-
 Para Alston, la democracia y los derechos humanos tam-  cas o a los ensayos desarrollados dialécticamente, como el


 bién están en peligro de extinción. En vez de un “exceso de   gran Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1940) del

 confianza”, en el salón de clase me interesa “tirar del freno   cubano Fernando Ortiz. La fugitividad tiene que ver con

 de emergencia” al estilo de Walter Benjamin para que poda-  cada significado de la fuga, y por consiguiente es un fenó-

 mos re-pensar nuestros imaginarios, valores y prácticas cul-  meno inestable. En su estudio de la fotografía, Tina Campt

 turales. Este ensayo reflexiona sobre dos cursos míos para   explica que la fugitividad “highlights the tense relations be-


 entender mejor lo fugitivo de la ecopedagogía. El primero   tween acts of flight or escape, and creative practices of re-






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 Revist a  de  al ce s XXI                                            Número  7 , 2025
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