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cialmente se inscribe como un espacio déspota, no consti-
tuye una fortaleza inexpugnable.
La elección del médico, Mercedes y, posteriormente, la
propia Ofelia de oponer resistencia e intentar desarticular
la estructura de poder que rige el molino sigue el propósi-
to principal de del Toro de ilustrar un período particular
de la historia de España por medio del uso de elementos
de los cuentos de hadas, tal y como el director argumen-
ta en su comentario a la película: “And I thought the fairy
tale then occurring at this crossroads in the history of Spain
would be a fairy tale about choice. And about disobedience.
About a girl that needs to disobey anything but her own
conscience, her own soul” (“Y pensé que el cuento de hadas
situado en esta encrucijada de la historia de España sería un
cuento de hadas sobre el poder de elección. Y sobre la des-
obediencia. Sobre una niña que necesita desobedecer todo
excepto su consciencia, su propio espíritu”; mi trad.; “The
Power of Myth”). Las transgresiones que ocurren en el mo-
lino apuntan a la potencial desobediencia y libre albedrío
de estos personajes.
El molino, como microcosmos paralelo a la nación espa-
ñola, constituye un espacio donde se ilustra la existencia de
una tercera España donde, en mayor o menor medida, se
muestra la capacidad de elección que, a pesar de la polariza-
vierte en un elemento proléptico. Así, el cuchillo, que se ha asociado a
la labor doméstica de Mercedes a lo largo de la película, se ve transfor-
mado en esta escena en un arma de resistencia. Este objeto condensa el
doble papel que Mercedes representa—por un lado, interpretando una
servicial criada ante Vidal y, por otro, dando muestras de su oposición
activa al régimen encarnado por el mismo Capitán—.
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Revist a de al ce s XXI
ción imperante, continúa existiendo. Independientemente
del grado de resistencia a una u otra postura política, la ter-
cera España constituye una disyuntiva para varios sectores
de la población española. El concepto abarcador de la terce-
ra España queda reflejado aquí en distintas manifestaciones
que van desde la figura resignada de Carmen a la resistencia
activa de Mercedes y el doctor Ferreiro. La tercera España
permite la capacidad de elección entre un abanico de posi-
bilidades que no sólo se limita a dos polos opuestos. La pro-
tagonista, al ejercer su propia voluntad y optar por una ter-
cera vía, será la personificación de esta visión convergente,
como veremos a continuación.
El centro del laberinto: La convergencia surrealista de
dos mundos
La existencia de una tercera España está relacionada, en un
plano estético, con la presencia de un influjo surrealista en
las obras que estudio. De esta forma, tanto a nivel histórico
como artístico hallamos un espacio convergente que reve-
la la interacción entre el pasado y el presente. El surrealis-
mo se esfuerza en sacar a la luz la materia del subconsciente,
lo que lo distingue, según Salvador Dalí, de otros movi-
mientos artísticos: “Por eso el surrealismo que pretende la
exploración sistemática de ese mundo desconocido y obs-
curo del subconsciente representa una tendencia y un mo-
vimiento específicamente y esencialmente distinto al de las
demás tendencias artísticas de estos últimos años” (“El su-
rrealismo” 233). En este sentido, el surrealismo hace visible
—y tangible— lo invisible. La dimensión surrealista de esta
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Número 6 , 2024