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sugiere una nueva yuxtaposición: “nosotros” contra los as-                                                                  Para ilustrar este final feliz e inclusivo, Palmeras en la nie-

         pectos negativos del colonialismo.                                                                                      ve concluye con la imagen de un árbol genealógico con dos

             El filme adapta la división maniquea entre el bien y el mal                                                         espacios vacíos que pronto se llenarán con los nombres de


         que normalmente caracteriza el kitsch, incorporando a los                                                               los hijos de Bisila: Iniko y Laha (figura 12).

         Otros ecuatoguineanos en el lado del bien, en un gesto bien

         acogido por parte de los espectadores, quienes ansían la su-

         tura. La audiencia, en un estado de extrema tensión provo-

         cada por la posición voyerista y el desaprovechamiento de


         la oportunidad de un cierre narrativo, encuentra la sutura

         que ansiaba en la estética kitsch y la capacidad del kitsch de

         reintegrar a la audiencia en la seguridad ontológica. No hay

         ningún “Otro ausente” y el Otro no está ausente: nosotros


         somos el Otro. Si los espectadores no podían ver a los acto-                                                                                                   (Figura 12, 2:36:17).

         res faltantes es porque son ellos. El espectador y el Otro son

         uno y se encuentran por el lado del bien de la narrativa y de                                                               A fin de cuentas, si Palmeras en la nieve es culpable de

         la historia. La culpa se desvanece y lo único que queda es el                                                           algo, su único pecado es hacer todo lo que puede para com-


         placer. Binkley observa:                                                                                                placer a su audiencia. Desde la transgresión inicial de uti-
                                                                                                                                 lizar el enfoque despreocupado del kitsch para enfrentar el


                                                                                                                                 tabú del colonialismo español en África hasta los constan-
                Kitsch joy has room for anyone and everyone, it is the most

                fundamental form of human happiness that enlivens us all […]                                                     tes recuerdos de las acciones transgresivas de los persona-

                it is so inclusive and so fundamental as to be undeniable, and                                                   jes y de los espectadores, el filme de González Molina juega
                this universality is what knits together its various strands into a                                              con el mal para producir el bien. En efecto, la película infli-

                reassuring cosmic web: there simply is no one on the outside.                                                    ge daño a la audiencia al crear una falta de ausencias, pero

                (145-146)                                                                                                        con un solo fin: reforzar poco a poco la superioridad y el


                                                                                                                                 privilegio del público. El espectador se pone no solamente

                                                                                                                                 del lado del saber, sino también del lado del bien. Como re-
                El placer kitsch tiene espacio para todos y cada uno, es la forma
                más fundamental de la felicidad humana que nos anima a todos                                                     compensa por transgredir las normas sociales y morales de

                [...] es tan inclusivo, tan fundamental que es imposible negar-                                                  guardar silencio relativo al pasado colonizador de España y

                lo, y tal universalidad es lo que entreteje sus múltiples hilos para                                             sentir vergüenza por aquel pasado y por la estética kitsch,

                formar una reconfortante red cósmica: simplemente, no hay na-                                                    el espectador logra la autosuficiencia y la plenitud reconfor-
                die afuera. (Mi trad.)





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                Revist a  de  al ce s XXI                                                                                                                                                     Número  6 , 2024
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