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literaria que dotó al período barroco del calificativo de Siglo comunidad de Montepinar sin señal de televisión. Como
de Oro y en la alta producción literaria, cinematográfica y no es de sorprender, la precaria situación económica de las
televisiva en torno a las crisis del siglo XXI—. Lo que quie- arcas de la comunidad no les permite a los vecinos desem-
ro decir es que al igual que Cervantes logró con su Quijote bolsar los “632 euros … IVA incluido” que cuesta la insta-
el equilibrio perfecto entre humor y crítica, entre entreteni- lación de la televisión digital terrestre. En contraposición a
miento y reflexión, también los creadores de LQSA han lo- Enrique, quien intenta sin éxito convencer a los vecinos de
grado, gracias al humor y al supuesto carácter evasivo de su que este presupuesto es el más económico en el mercado,
producción, penetrar exitosamente en la conciencia de los Antonio aprovecha la coyuntura para desmarcarse cómo hé-
españoles y hacerse con un lugar destacado en el legado cul- roe entre sus vecinos. En medio de una junta accidentada
tural de la nación. en la que los inquilinos lanzan verduras al presidente al más
Enfoquémonos ahora en las resonancias quijotescas pre- puro modo teatral, Antonio les dice que estén “tranquilos,
sentes en LQSA. La única referencia explícita al hidalgo que Antonio Recio [les] va a conseguir una antena gratis” y
manchego y a su escudero en LQSA tiene lugar, de forma acto seguido levanta la sesión. Ni Antonio ni Enrique saben
muy breve, hacia la mitad del episodio titulado “Un apagón cómo cumplir la promesa hecha a los vecinos y es en este
analógico, un parto psicológico y un adicto al sexo”. Es momento que Coque —conserje simplón, inocente y apa-
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aquí cuando Antonio Recio (Jordi Sánchez), Enrique Pas- rentemente necio— sugiere robarles la antena a los de La
tor (José Luis Gil) y Coque (Nacho Guerreros) regresan a Atalaya del Arcipreste.
Montepinar acarreando la antena y el pararrayos que aca- Para llevar a cabo esta aventura, Antonio, Enrique y Co-
ban de robarles a los vecinos de La Atalaya del Arcipreste que se personan en La Atalaya y fingen estar interesados en
—complejo residencial rival a Montepinar—. La aparien- alquilar uno de los pisos para así introducirse en el interior
cia física de los dos primeros sujetando los objetos robados de la urbanización, ubicar la antena y disponer el robo. Ahí
en mucho recuerda a la iconográfica representación de los descubren que si bien La Atalaya es también un complejo
héroes cervantinos. El robo perpetrado por el patético trío residencial de alto standing, los vecinos viven en plena ar-
viene motivado por el apagón analógico que ha dejado a la monía, el guarda de seguridad es respetado y debidamente
remunerado por su trabajo, la comunidad disfruta de nu-
merosas servicios porque “los gastos se reparten” y la moro-
6 Al hablar de referencia explícita me refiero a la presencia visual en la
serie televisiva de los héroes cervantinos. A lo largo de las múltiples tem- sidad no existe entre los inquilinos ya que “todos pagan re-
poradas son numerosas las ocasiones en las que sus protagonistas nos ha- ligiosamente”. Aprenden, también, que La Atalaya ha sido
cen pensar en la obra cervantina, ya sea por lo disparatado de sus aven- galardonada con la distinción de “urbanización del año tres
turas o entuertos (palabra mencionada en 5x01), ya sea por la mención
de algún que otro personaje de la obra barroca. veces consecutivas” y reconocida por la municipalidad por
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023