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méstico como amortiguador social, el cual, a su vez, está sos- pos que han parido, sin ayuda de un sistema pensado des-
tenido en un 84% por cuerpos bajo el constructo cuerpo-co- de las bionecesidades como cuerpos bioafectados por tales
munidad-femenino. Tal cuestión continúa como parte de las procesos encarnados, se ponen en evidencia tales obligato-
tinieblas del macho-lío-patriarcal en que hemos sido sociali- riedades. Esto se traduce en cómo está imbricado el trabajo
zados todos los cuerpos sujetos al constructo cuerpo-comu- sexual en la crianza, en la continuidad de la unidad-hete-
nidad-femenino. Se trata de un contexto socio-cultural-con- ro-nuclear. Existe una obligatoriedad que une a los trabajos
sanguíneo donde se naturaliza la legitimidad de los procesos maternos con la práctica afectivo-sexual monógama, tanco
de macho-adaptación y la cancelación del despliegue iden- como manera de continuar el extractivismo sobre tales cuer-
titario propio, así como del desarrollo del asunto vital pro- pos, como trama para seguir teniendo cuerpo encerrados en
pio fuera de las exigencias energéticas páter-atencionales. unidades reproductivas estrechas y aisladas, lo cual favorece
Parte de nuestra despensa psicoenergética, desde nuestro la sumisión y las esclavitudes relacionadas con los trabajos
comienzo en el planeta Tierra, ha sido destinada al manejo reproductivos. Se trata de unidades que, al estar atravesa-
y resistencia frente a los deseos del páter familias o del pá- das por opresiones y violencias, hace que estos trabajos sean
ter-estado que se imponen a nuestros cuerpos, en lugar de un lugar potencial de enfermedad, patologización, medica-
enfocar todas esas fuerzas y reservas psico-energéticas en un lización, exclusión y pobreza (esto es, un estado de pérdida
desarrollo hacia-sí-mismas, en el proceso hacia todo lo que continúa).
somos, como despliegue de la singularidad. No hay pala- Al mismo tiempo, estas obligatoriedades, en tanto estra-
bras que narren lo que nos atraviesa como cuerpos repro- tegias de continuidad del extractivismo y como parte de la
ductivos y que, a su vez, tengan legitimidad epistémica para “negación perpetua”, están atravesadas por lógicas de roman-
generar debates, políticas y estructuras reproductivas, fuera tización. Estas lógicas conforman un anclaje de pertenencia
de lógicas reactivas o reaccionarias. Palabras que nombren. al parentesco consanguíneo manejado por el páter-estado y
Palabras que resuelvan las tinieblas y la confusión que nos el páter familias que tiene atribuciones identitarias marca-
lleva a no ser conscientes del valor innegociable de los tra- das por la abnegación, el sacrificio y la autocensura. Estas
bajos maternos y la dependencia inexorable del páter-esta- son las que permite el no-nombrado: la inexistencia de pa-
do respecto a ellos. Tales obligatoriedades están cinceladas labras que resuelvan el despropósito socio-histórico que cae
de manera identitaria y se revelan fuertemente cuando los sobre los cuerpos maternos, su condición pre-política y el
trabajos maternos arrancan. consenso erróneo de ser actividades humanas sin represen-
Como parte de la despensa psicoenergética está siendo tatividad en lo real-jurídico, bajo la lógica opresora de lo “lo
utilizada para sostener la trama entre cuerpo maternos y normal, lo natural, lo patriarcal”.
criaturas, al desplegarse las macho-exigencias sobre los cuer-
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023