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cuyo objetivo es “renaturalizar la relación entre los padres y ella logra quedarse embarazada de lo que serán sus dos hijos
los hijos, dado que la presunción cultural derivada del sis- gemelos. De esta manera, después de dos intentos frustra-
tema del parentesco occidental es que los hijos son conti- dos de FIV y tres intentos con óvulos donados de tres do-
nuidad biogenética de los padres, que supone la continui- nantes distintas, consigue su objetivo. Desde la perspectiva
dad de los rasgos fenotípicos” (Rivas et al. 636). La idea del de Villar, que tiene una situación económica acomodada y
parecido fenotípico es para esconder la intervención de una una pareja que la apoya, el embarazo es un éxito. En cam-
tercera persona en el embarazo, por si la familia del niño na- bio, si lo analizamos desde otra perspectiva, por ejemplo,
cido no quiere comentarios sobre si se parece o no a los pa- considerando a las mujeres donantes y su situación, o la
dres (Rivas et al. 636). De este modo, desde la perspectiva posición de desigualdad que existe entre las mujeres perte-
de la donante, surgen problemas porque una mujer joven necientes a clases más y menos acomodadas, el sistema del
que tiene ciertos rasgos físicos que resultan más valorados capitalismo reproductivo es un fracaso en cuanto a la injus-
socialmente, como ser alta, rubia y de ojos claros, podría ticia y la desigualdad que genera. Como indica Lafuente
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ser difícil de encontrar. Según Priscila Rivera, en su estudio Funes, el mercado reproductivo no solo afecta a las muje-
sobre las mujeres que donan en Barcelona, la mayoría tiene res infértiles ni a las jóvenes que donan su óvulos, sino que
entre 18 y 21 años y el 84% de las mujeres nacieron en Es- “está en juego la normalización de nuevas formas de com-
paña, con un 5% de las donantes de Rumania seguidos por prender el cuerpo, el trabajo, el género y la reproducción
números más bajos de otros países, y un 17% son estudian- tanto familiar como social” (36). No queremos un mercado
tes universitarios (4-5). Para Villar, cuando la llaman desde reproductivo que se entrelace “con los procesos de estratifi-
la clínica, dicen que “ha sido una casualidad” que hayan en- cación reproductiva” (37) ni que la infertilidad se resuelva
contrado una donante con características físicas similares a “de forma privatizada, tecnológica y mercantilizada” y ex-
las suyas, a lo que ella responde: “Viva la suerte. Viva la do- ternalizada (36). La desigualdad de acceso a las técnicas de
nante” (60). Al final, esa donante es descartada por alguna reproducción asistida son ejemplificadas en la historia de
razón, pero encuentran a otra y, aunque la autora logra que- Villar, una mujer que puede recurrir al sistema privado por
darse embarazada, pierde su embarazo después de nueve se- su situación económica de privilegio. Sin embargo, allí no
manas (91). Al llegar a la clínica para realizarse una ecogra- termina la historia.
fía, su médico le dice, “El embarazo no va bien, ¿eh?” (93) Durante su embarazo, Villar sufre náuseas y otros pro-
para hacerle saber que la gestación no es viable. En virtud blemas propios de un embarazo tardío y complicado. Sus
de ello, le hacen un legrado para poder analizar el saco ges-
tacional y descubren que existe una anormalidad cromosó- 10 Para más información sobre el sistema sanitario en España y su proceso
mica (96). Por fin, encuentran a una tercera donante y, así, con las técnicas de reproducción asistida, véase Ramírez y Escobar 2019.
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023