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alcanzar su sueño de convertirse en madre. Ahora bien, des- se mi vínculo con mis hijos” (178). Comenta que, mien-
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de la perspectiva de la mujer que se ha quedado embarazada tras ella lidiaba con estas consecuencias de la donación, las
con un óvulo donado, el concepto de la donación de óvulos otras personas a su alrededor “creían que le daba una im-
sigue siendo nebuloso porque, como ejemplifica Villar, la portancia excesiva al tema [… porque l]a mayoría de la gen-
mujer gestante sabe que los hijos de óvulos donados no son te considera que la donación de óvulos es algo minúsculo
hijos genéticamente suyos, y por eso experimenta el duelo en comparación con la gestación y la crianza” (179). Como
genético de no poder ver su ADN en los niños que gesta. Al vimos anteriormente en el estudio de Kroløkke, la defini-
enmarcar la donación como material en exceso para las que ción de madre sí tiene que ver con la crianza y la gestación,
donan, e interpretar la recepción del óvulo como un duelo pero se complica cuando introducimos el concepto de do-
por la falta de conexión genética, el sistema abre la interpre- nación. Así, una de las preocupaciones de Villar es el pare-
tación de la maternidad a incluir más de una madre, aun- cido físico con sus niños o niñas. Esto se debe a que, en el
que solamente una de estas mujeres es reconocida como tal. proceso de donación de óvulos, la mujer española no pue-
El hecho de que la donación sea anónima y la informa- de seleccionar a la donante, a diferencia de lo que sucede en
ción con la que se cuenta sobre la mujer donante sea esca- otros países como la República Checa y los Estados Unidos.
sa crea una situación tal que hace que la mujer receptora se Rivas, Lores y Jociles explican que “la ley de 2006 prohíbe
preocupe por la genética de la mujer donante. Villar admi- la selección de las donantes por parte de los receptores, asig-
te que “[l]e habría encantado ver una foto de la donante de nando a los equipos biomédicos esta tarea”, concluyendo lo
los óvulos que han servido para engendrar a [sus] hijos y co- siguiente: “En todo caso, el equipo médico correspondien-
nocer algo más de ella que los pocos rasgos físicos y alguno te deberá procurar garantizar la mayor similitud fenotípica
médico de los que la ley [le] permite disponer” (173-174). e inmunológica posible de las muestras disponibles con la
Si bien eso es imposible por la obligatoriedad de anonima- mujer receptora” (cap. II, art. 6) (634). Para Villar, que tie-
to en los casos de donaciones realizadas en España, Villar ne los ojos claros y es de estatura media (mide 1,65 metros),
comprueba que otras mujeres también sufren de las mismas es más difícil encontrar a una donante con esas característi-
preocupaciones que ella. En un foro, una mujer dice: “Me cas (Villar 59). Aunque dice que para ella no es importante
siento como si le fuera a robar ovocitos a la donante” (41). la semejanza fenotípica, es un requisito impuesto por la ley,
Villar advierte su preocupación por los resultados durade-
ros de la donación cuando afirma: “Empecé a pensar que
mi manera de plantearme las consecuencias de la ovodona- 9 Silvia Nanclares también ha reflexionado sobre la ovodonación y cómo
ción podría acabar generando un fantasma que contamina- cuestiona su feminismo después de escribir su novela Quién quiere ser
madre: www.eldiario.es/nidos/claroscuros-maternidad-feminista-ovo-
donacion_1_1433839.html.
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Revist a de al ce s XXI Número 5 , 2021-2023